Su vida quedó marcada cuando tenía 18 años de edad. Un quiste de gran tamaño en los ovarios le presionaba el riñón y le ocasionaba una infección. Sus días fueron difíciles pero gracias a la labor de unas enfermeras se dio un "quiebre" en su forma de ver la vida, fue un antes y un después. Hoy Camila García es payamédica y de la mano de esta actividad hace que los días de los chicos que están internados sean más llevaderos, especialmente en el momento más duro de sus vidas.
Camila es embajadora de Rawson y hoy tiene muchos proyectos por delante, en el que la actividad de ayuda a la gente es una de sus prioridades. Recientemente recibida del profesorado en Ciencias de la Educación, su labor solidaria la conjuga con su pasión por el kick boxing, los estudios y el sueño de ser embajadora del Sol.
“Hace tres años pasé por varias operaciones de riñón, fue lo que más me marcó en mi vida. Lo de payamédico surgió porque cuando me enfermé la primera vez, fue el día de mi cumpleaños, por lo que estaba muy triste y lo único que hacía era llorar. Tenía un quiste de ovario muy grande que me comprimía el riñón, estaba con una infección muy grande. Los enfermeros me cantaron el feliz cumpleaños y todo ese día me mimaron mucho. Así fue que me empezó a interesar trabajar con la salud emocional de las personas”, recordó la joven Embajadora de Rawson a Diario La Provincia SJ.
Su primera experiencia como payamédica, fue con una intervención portando la nariz roja en el área de oncología. La joven trajo a su memoria aquel día que iba caminando por el pasillo y un doctor la llamó para dar alegría a una nena en estado terminal.
"Me dijo que entre a la habitación porque a una nena de cuatro años le quedaba dos horas de vida. Estaba muy mal de salud. Nos vio entrar se le iluminaron los ojos. Jugó un rato con las burbujas, que son nuestras formulas mágicas. Luego empezó a llorar y a decir que le dolía, fue como un quiebre, me tuve que ir y sacarme la nariz. Pasan muchos casos así dentro del hospital, se ven cosas muy lamentables. Valoro el trabajo de los payamédicos porque somos muy necesarios dentro del hospital”, destacó.
Camilia destaca que para poder estar bien hace kick boxing, lo que le permite "tener una vida más sana". "Me ayuda en lo físico y en lo psicológico, mejorando la confianza y la autoestima”, destacó.
Además, pertenece a la agrupación Voluntades a Distancia, que ayuda a las comunidades de 25 de Mayo con donación de alimentos. En aquellas zonas, se trabaja con la gente en talleres de inteligencia emocional y salud reproductiva. Pero acompañada por un grupo, Camila puntualiza en la entrega de recursos como libros, cuadernos y mochilas, "ya que al ser familias numerosas a veces no tienen un par de zapatillas para poder ir a la escuela”.
Asegura que su compromiso por la comunidad “es un espíritu" que fue construyendo "desde chiquita junto con la familia", que le aportó siempre "eso de ser solidaria y estar con quienes necesiten ayuda”.
Expresó que el motivo principal que la llevó a postularse fue “el cambio de paradigma, ya no como una Reina, sino como una Embajadora y la voz que puede llegar a tener la mujer". "Creo que falta una evolución dentro de la sociedad, empezar a considerar este concepto, ya que muchas de la candidatas hemos recibido críticas, en los diarios principalmente, debido a nuestro aspecto físico. Parece que se quiere poner otra postura, pero hace falta la sociedad se adapte”, destacó.
Como embajadora quiere trabajar para “lograr un cambio dentro de la sociedad, hace falta más compromiso”. Sin embargo, dijo tiene muchos proyectos, mucho compromiso con la sociedad, y varios propósitos y objetivos que cumplir, más allá si gana o no.
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