El camino es difícil. Sabe que para alcanzar la meta debe aprender a decir que "no" en cada ocasión donde la tentación es mayor. Pero con fuerza y ayuda de los profesionales del hospital Rawson, el camino lo transita paso a paso, lento pero seguro.
Marcela Robledo tiene 44 años y su balanza llegó a indicarle un peso de 131 kilos hace dos años. Los médicos le diagnosticaron obesidad mórbida y su salud ya empezaba a flaquear y dar las primeras consecuencias de un peso fuera de lo normal. Hoy pesa 78 kilos, bajó 53 kilos gracias a la voluntad y el trabajo de los especialistas que le hicieron un bypass gástrico.
Su recorrido para bajar de peso se inició en el 2018 cuando empezó un régimen de gimnasia y buena alimentación, previo a lo que sería finalmente el bypass. "Comencé un tratamiento de cirugía bariatrica en el Hospital Guillermo Rawson. La consulta estaba a cargo de un grupo de profesionales de la salud. Me atendían, una doctora clínica, una psicóloga, una nutricionista y un cirujano. Me enseñaron qué debía comer, cómo y qué no tenía que comer. Me recomendaron nuevos hábitos alimenticios, reforzados con actividad física todos los días", relató a Diario La provincia SJ.
El 13 de mayo se sometió al bypass gastrico y en cinco meses bajó 53 kilos. Luego reforzó el tratamiento en el hospital Rawson que es gratuito y consta también de medicación y vitaminas necesarias para fortalecer el camino.
"Esto cuesta, porque estaba acostumbrada a comer de forma distinta. Además siempre hay tentaciones, en reuniones, cenas, cumpleaños, donde se ofrece todo tipo de comida y aprendi a decir no", agregó Marcela.
Hoy como de todo, se siente "muy bien", hace ejercicio físico dos días en el hospital y los demás días se dedica a caminar. Sigue controlada y esto será hasta que le den el alta.
"Esto será cuando alcance el peso deseado. Después seguiré asistiendo al hospital, porque seguirá el control. Tomé la decisión de comenzar este tratamiento y de seguir hasta obtener el objetivo. Me acompañó y apoyó mi pareja, mi familia y amigos. Entendí que era un beneficio para mi, para mi salud. Que todo sacrificio valía la pena", expresó subrayando que "tenia la convicción de hacerlo".
Marcela reconoció que fue "difícil comenzar, dejar de comer lo que venía comiendo y cuanto comía", "empezar a cambiar hábitos de comida". Ahora reconoce que "el resultado es excelente". "Aprendí a reconocerme en el espejo. Tengo una mirada distinta sobre la realidad. Siento que mi mente también cambió. Y todo esto me gusta. Por mi experiencia creo que fue la mejor decisión que tomé en mi vida. Dejé atrás la enfermedad que me hizo sufrir mucho y hoy estoy mejor", finalizó Marcela.
