Historia

El crudo relato de un sobreviviente del terremoto de 1944, atesorado en una grabación familiar

Germán Mercado falleció hace tres años pero previo a eso dejó su testimonio del terremoto de 1944 en un grabador que su familia conserva como un verdadero tesoro.
miércoles, 15 de enero de 2020 00:00
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Es más que un audio conservado en un cassette. Es un doble tesoro familiar que conserva la voz de un abuelo que ya no está y su relato de la crudeza de un evento natural que azotó a San Juan hace 76 años. Su relato es estremecedor y marca la dureza vivida durante el terremoto de 1944. Germán Mercado falleció hace tres años pero previo a eso dejó su testimonio de aquel fenómeno natural grabado en un audio que guarda su hija menor, Gladys Mercado.

La grabación nació a partir de una entrevista para un trabajo de la universidad de una de sus nietas. Germán accedió a contar en una nota de audio cómo vivió el feroz terremoto de 7.5 grados. Esa nota de audio, hoy tiene un valor muy especial para la familia, no solo porque él ya no está entre los suyos, sino por la riqueza que guarda ese testimonio de alguien que sobrevivió a la destrucción total producida por el terremoto, y lo trasmitió a sus descendientes. 

“Estaba en el regimiento, estábamos de maniobras en Barreal. Ahí estábamos cuando fue el terremoto y nos avisaron urgentemente que un sismo había destruido todo. Inmediatamente incorporaron los camiones y nos trajeron a la ciudad. Acá comenzamos a excavar las calles, los escombros, a sacar muertos y vivos que habían; los quemábamos, estaban ya medios moribundos, los quemábamos”, recordó Germán en el audio sobre aquel hecho que azotó a San Juan un sábado 15 de enero a las 20:52.

Por aquella década, Germán era un joven muchacho de 20 años que había ingresado al servicio militar obligatorio. Siete décadas después grabó el audio que relató cómo fue enfrentar la catástrofe que tuvo casi 10 mil fallecidos.

“En aquellas épocas las casas eran como ranchos de material de adobe, palos y tierra; por eso el terremoto las hizo pedazos a todas, por eso no había nada. La gente que estaba adentro de esas viviendas quedaron enterradas porque no les dio tiempo de salir y los que salieron a las calles fueron aplastados por paredes. Las casas eran altas porque tenían cornisas, no tenían ninguna viga ni sostén y esas cornisas fueron las que mataron a la mayor cantidad de gente que murió aplastada”, puntualizó. 

La tarea de Germán, el joven de 20 años, y de sus compañeros del servicio militar obligatorio era la de colaborar con los soldados en cargar los escombros y los cuerpos a los camiones para despejar las calles y permitir la circulación. Las personas encontradas entre las ruinas en estado de salud favorable eran asistidas, mientras el resto era cremado para evitar el riesgo de epidemias. 

Germán cumplió con tal misión hasta diciembre de 1944 que fue dado de baja. Luego conoció a quien fue su esposa y formó una familia con 6 hijos a quienes les trasmitió todo lo vivido aquel 15 de enero y los meses posteriores. Muchas de las imágenes de ese suceso que marcó la historia de los sanjuaninos y que contaron los sobrevivientes, quedaron guardadas como recuerdos en el corazón de los hijos y los nietos. 

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