Ciencia

Un sanjuanino creó un dispositivo para medir la fuerza de pacientes que sufrieron ACV

Es un nuevo dispositivo para medir la fuerza de pacientes que sufren secuelas de un ACV o esclerosis. Permite llevar un registro y evaluar el proceso de rehabilitación para efectivizar la terapia.
martes, 14 de enero de 2020 00:00
martes, 14 de enero de 2020 00:00

Surgió como un trabajo de cátedra de la materia Neuroingeniería y Neurorehabilitación; y tras adquirir estado público logró el reconocimiento del Ministerio de Producción, en INNOVAR. “Lopta” (pelota en croata) es una creación de un joven sanjuanino, alumno avanzado de la carrera de Bioingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, y miembro del Gabinete  de Tecnología Médica (GATEME) de Ingeniería.

Federico Mercado creó este dispositivo que tiene aplicaciones terapéuticas para pacientes que sufrieron Accidentes Cerebro Vasculares (ACV) y esclerosis, además trabaja en una versión para cirugías relacionadas con el Parkinson. 

"Este es un  dispositivo que diseñe para la rehabilitación de miembros superiores (brazos y manos) en pacientes que sufrieron una patología neuromotora como por ejemplo ACV y esclerosis. Lo que hace este simple dispositivo es rehabilitar la aprehensión de la mano. Lopta es el diseño tradicional para aprehensión gruesa (toda la mano) y tenemos otro más chico para la prensión fina con los dedos, la idea era utilizarlo en elementos cotidianos que una persona usa para motivarlo, puede ser colocado en una lapicera", comenzó narrando el joven a Diario La Provincia SJ.

En la rehabilitación tradicional, el paciente usa una pelotita y solamente la presiona. Con "Lopta", el paciente usa un sensor colocado dentro de la pelotita que permite cuantificar la fuerza que ejerce el paciente. Conectado a una computadora, por medio de un USB y con una interfaz diseñado por Mercado, permite al profesional (el kinesiólogo en este caso) visualizar la fuerza de prensión en tiempo real. Luego en una gráfica le va mostrando una curva de fuerza. El profesional puede almacenar los datos y al cabo de ciertas sesiones puede realizar una evaluación y determinar si está evolucionando o no.

Tiene tres luces led que se van encendiendo de acuerdo al rango de fuerza que ejerce el paciente. Esto genera neuroplasticidad en las personas. Como estas personas piensan que están ejerciendo cierta presión y en realidad no la están haciendo, con las luces se dan cuenta.

"Al paciente por ahí le toca un kinesiólogo y otro día otro y la apreciación es muy subjetiva en la terapia. Depende mucho de la memoria del profesional. Genera un nuevo mecanismo de aprendizaje, donde el paciente se también se autoevalúa y se motiva. Los que pasa con los pacientes con ACV es que si uno no tiene un tratamiento efectivo en el corto plazo, las funciones que se perdieron no se pueden recuperar mas, entonces es importante ir detectando si el tratamiento es eficiente o no", explicó.

El dipositivo surgió como un trabajo de cátedra de una materia que se llama Neuroingeniería y Neurorehabilitación. El joven sanjuanino tuvo que hacer un proyecto final donde hizo con el equipo una visita al hospital para identificar deficiencias tecnológicas y así diseñar algo.

"Vi esa problemática en la rehabilitación de la aprehensión de la mano. Este sería el prototipo final, pero arranque con un prototipo más experimental mucho más básico. Terminó esa materia y la verdad nos quedamos con las ganas de seguir avanzando, queríamos hacer un dispositivo para poder dejarlo en el hospital, para que el paciente y los profesionales lo puedan usar. Que sea una herramienta tanto para el profesional como para el paciente se motive es totalmente distinto a estar sentado apretando una pelotita mirando la pared", recordó.  

Con el prototipo final hizo la prueba en el hospital con pacientes para ver si con la repetición registraba siempre lo mismo. Además se hicieron pruebas de usabilidad con el profesional para ver si era fácil de usarlo para el kinesiólogo o le resultaba difícil si lo veían como una ventaja. Ahí se dejó un dispositivo y ahora la idea es hacer algunos más para el Hospital Español para que puedan contar con esa herramienta los profesionales.

"La mejor retroalimentación que tenemos es la del profesional que lo va a usar. Ellos están contentos lo vieron como una ayuda y como una herramienta, obviamente les cuesta por que ellos su forma de trabajar y sus métodos y cuando viene una tecnología puede chocar un poco par loa verdad les pareció muy bueno. Y en los pacientes vimos que los motivó con ganas de hacer las pruebas", agregó.

Ahora el equipo está trabajando en una nueva versión para otra aplicación para cirugías de Parkinson con evaluación por radiofrecuencia. El concepto es más o menos lo mismo, poder cuantificar la fuerza, pero en esta cirugías el profesional tiene que realizar una estimulación con radiofrecuencia de distintas áreas del cerebro para determinar si está en la ubicación correcta.

"El cirujano debe realizarle pruebas químicas al paciente, como por ejemplo, que ejerza fuerza o distintos movimientos para poder comprobar la posición correcta del electrodo. Es más o menos el mismo dispositivo pero más portátil, inalámbrico y con una aplicación en el celular. Registra  otras variables que son importantes como la velocidad en la aprensión, al pendiente de esa fuerza y el tiempo que se demora en hacer una aprensión y la siguiente. Hemos tenido pruebas muy buenas", finalizó.

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