Historia

El día que un sanjuanino dijo llorar sangre al rezar por los que sufren y revolucionó a la provincia

El caso se hizo público el 23 de septiembre de 2013 y revolucionó a toda la provincia. Un hombre dijo llorar sangre cuando rezaba por la paz.
martes, 24 de septiembre de 2019 15:00
martes, 24 de septiembre de 2019 15:00

El caso conmocionó a los sanjuaninos hace precisamente seis años. Un joven aseguró llorar sangre al rezar por los que sufren y rápidamente intervino el Arzobispado y Salud Pública.

Su nombre es Fabricio Fernández y aseguró que sus pedidos siempre eran los mismos: que la humanidad dejara de sufrir.  "Esto empezó hace tres semanas cuando rezaba. Acostumbro a cerrar los ojos para rezar. Sentí un calor en mis mejillas, me toco y era sangre. Abro los ojos y veo que tenía los lagrimales llenos de sangre. Mi madre me vio y se sorprendió totalmente", dijo por aquel entonces el hombre, que adoptó el nombre de Juan Pablo en homenaje al Papa polaco.
 
Fernández aseguró que esa no fue la única vez que vivió esta experiencia. Sino que también la repitió el 18 de septiembre y durante la madrugada del 22 de septiembre de aquel año, 2013. Sin embargo aclaró que en ningún momento sufrió dolor físico alguno. "Sentí paz y tranquilidad, es algo inexplicable lo que se siente por dentro, un fervor de energías positivas y con ganas de salir a buscar gente que está sufriendo. Le decía a mi madre que si tenía que dar la vida para que la humanidad dejara de sufrir, lo hacía", afirmó.


Tras este hecho, el Arzobispado se expresó y recomendaron mantener el hecho con mucha prudencia. "Hay un protocolo que hay que seguir y no se recomienda divulgarlo por todos lados por lo que todo esto implica", comentaron en aquella oportunidad.

Sin embargo, al poco tiempo el caso cayó en manos de la justicia. Es que tras una denuncia de Salud Pública el hombre fue detenido. Fue por infringir el artículo 156 del Código de Faltas que está vinculado a la explotación de la fe pública y su castigo es una multa económica o días de arresto.
 
En ese momento, se conoció que tenía varias entradas al hospital mental de Zonda, y que fue detenido por la división Leyes Especiales y alojado en un calabozo de la Central de Policía unos días. El código establece un castigo para quien utilice la religión y la fe de la gente con fines lucrativos. 

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