Aunque para el simple observador las plantas parezcan ser totalmente inocuas, en San Juan hay una que causa accidentes de tránsito en todo el mundo. Se trata del Salsola Kali, más conocido como el Cardo Ruso, que estiman que se instaló en la provincia tras la construcción de la Ruta 150.
Ocho científicos, bajo la dirección de la investigadora de la UNSJ y el CONICET Dra. Stella M. Giannoni, están trabajando actualmente en su control.
"El Cardo Ruso es de origen africano. Esta especie tiene la característica de adaptarse muy bien a condiciones perturbadas, en donde el humano ha modificado el ambiente. Cuando construimos rutas, se perturba el ambiente y eso, junto por ejemplo con el comercio y el transporte de camiones hace que estas especies se trasladen por todo el mundo. Las características de las plantas invasoras es que tienen una alta tasa de productividad y supervivencia. Se adaptan a nuevos ambientes y se reproducen muchísimo más que las especies nativas. El Cardo Ruso es de origen desértico así que se adaptó muy bien a San Juan y complite con la flora nativa. De un año a otro podés tener un vergel", aseguró la Doctora en diálogo con Diario La Provincia SJ.
En este proyecto, trabajan como corresponsables: Dr. Flavio Cappa, Dr. Carlos E. Borghi, Lic. Tomás González, Lic. Silvina Adarvez, Dra. Natalia Andino, Mg. Claudia de los Ríos y la Lic. Emilce Amatta.
"Ingresó a la provincia en el 2015, nosotros la detectamos en la Ruta 150, en la zona del Parque Ischigualasto y hace que disminuya el valor del área protegida. Luego se instaló también el Los Baldecitos, que es el pueblo más cercano. Existe muy poca información a nivel mundial justamente porque es muy común. Es el cardo que rueda típicamente en las películas del lejano oeste. Causa accidente viales. Genera mucho material vegetal que se seca por lo tanto, en la época de zonda es un foco de incendio", puntualizó los inconvenientes.
Luego de delimitar la zona de trabajo, se comenzó con un sistema artesanal para darle fin a esta planta invasora. "Estimábamos que dentro de poco se podía instalar en el circuito turístico que en definitiva es el área más riesgosa. Por eso hacemos monitoreos con Bomberos, la Secretaría de Ambiente, el ente Ischigualasto y desde el 2016 hacemos control mecánico. Estamos sacando planta por planta con palitas".
Si bien por ahora está controlado, en el caso de que no se renueven los fondos del proyecto y todo quede trunco, en una década San Juan podría volver a tener este problema. "Por suerte está restringido a un área de 3 kilómetros por 60 metros de ancho. Estamos viendo que nuestro trabajo es efectivo porque se está disminuyendo la población, pero esta planta genera muchísima semilla. Las semillas pueden durar hasta 10 años enterradas. Por eso tenemos que sacar la plata antes de que maduren las semillas. Sin embargo, en diez años todavía pueden seguir saliendo", sentenció.
