Un entrenamiento retrasado, una ruta que no le era habitual y la lejanía de su hogar, marcaron el destino del querido jugador sanjuanino de futsal Lucio Lahora, quien el pasado 23 de julio falleció en un trágico siniestro vial.
“Era muy querido, era un enamorado del futbol, y me duele pensar que lo cuidamos muchísimo hasta sus 10 años, cuando nos dieron la tan esperada noticia que ya no tenía cáncer. Ahora nos lo arrebataron de los brazos, todos estamos destruidos”, contó a Diario La Provincia, su padre José Lahora con profundo dolor.
Lucio, ese chico con una gran sonrisa y amigo de todos, sabía de luchas en la vida, es que cuando tenía sólo cuatro meses los médicos le diagnosticaron cáncer en su estómago. Sin embargo, fuerte y guerrero, tras pasar por una operación y dar batalla a la quimioterapia hasta sus dos años, a los diez pudo tocar la campana: había vencido el cáncer.
“Como agradecimiento a su gran lucha comencé a correr ciclismo adaptado con chicos no videntes, mi hijo menor siguió los pasos de la familia y también es ciclista. Lucio hizo lo mismo, pero su camino del deporte fue por otro lado”, admitió José.
Desde chiquito y lejos de parar por su enfermedad, comenzó a ir al club y la pelota conquistó su corazón. “Era increíble porque podía jugar en la mañana, volver y seguir jugando en la tarde y en la noche, no paraba. Hoy nos damos cuenta que su futuro era el futsal, que vivió haciendo lo que realmente amaba”, dijo su mamá Gladys.
Dos días después del día del amigo, Lucio fue a un partido en Chimbas, lejos de su casa en Capital, sin hacer caso a las advertencias de su padre; su amor por la pelota pudo más. Cuando regresaba en su bicicleta, tomó una ruta que no le era habitual, minutos antes había llamado a su familia avisando que llegaba más tarde porque el entrenamiento se había retrasado.
Cuando circulaba por Lateral de Circunvalación y Boulogne sur Mer, un auto manejado por un joven den 21 años lo embistió, provocándole la muerte en el acto. Inmediatamente las redes y el mundo del deporte en San Juan se llenaron de gran dolor.
“Todo nos recuerda a él, una canción que escuchamos o una película que miramos y ya no podemos más, mi hijo, el segundo papá de sus tres hermanos menores, excelente sobrino y nieto, excelente jugador y persona ya no está, no tenemos consuelo”, lamentó su padre.
“Hoy siento que quisiera haber estado más con él, hacerle caso en sus reclamos, ir a la cancha y verlo jugar más. Quiero tenerlo acá, quiero que vuelva”, fueron sus palabras en su profundo llanto.
Reflejando el gran jugador y excelente compañero y amigo que fue para todos los de su club, Barrio CGT Rawson Futsal convirtió Copa Fair Play en la Copa Lucio Lahora. Además sus compañeros llevan su bandera en señal de agradecimiento y justicia en cada partido: “Prohibido Olvidarlo”.