Este fin de semana, la repentina muerte del estudiante avanzado de Medicina, Alejandro Tobares Wancel, dejó a su familia sumergida en un dolor inconmensurable. A horas de rendir su última materia, se descompuso y tuvo que ser operado por un cuadro abdominal que en cuestión de horas lo dejó en estado crítico.
La situación fue desesperante y con toda su familia rodeándolo, tras un viaje de urgencia al conocer la situación, Alejandro se fue. Su familia, oriunda de Angaco, quiso agradecer a todos quienes no sólo rezaron por él sino que contribuyeron con donaciones a una cuenta bancaria para ayudarlos a afrontar gastos para trasladar el cuerpo del joven a la provincia para su último adiós.
Su hermana, la conocida escritora y docente Natalia Tobares Wancel, envió una extensa carta a Diario La Provincia SJ ante el extenso eco mediático del caso, para contar lo que sucedió y dar gracias por el apoyo en el duro momento.
Compartimos el texto completo y desde el equipo de Diario La Provincia SJ extendemos nuestras condolencias ante tan terrible pérdida:
"Durante los últimos días nos ha cambiado la vida rotundamente a mi familia y a mí… De un momento para otro, la muerte golpea la puerta y no avisa bajo qué condiciones.
Llega para finalizar historias, y para abrir otras. Llega sin permiso, sin razones comprensibles.
Así le sucedió a mi hermano, Jesús Alejandro Tobares Wancel. Tenía 33 años y era alumno avanzado de la Carrera de Medicina en la UNLAR (Universidad Nacional de La Rioja) y era Auxiliar Catequista. Tenía toda una vida por delante y muchos sueños… pero al parecer su destino era otro.
Luego de la difusión y la repercusión mediática por las redes sociales que tuvo su caso, me veo en la obligación de aclarar y contar un poco los hechos desde nuestra verdad, ya que en algunas notas periodísticas se han contado las cosas no tales como son.
La noche del lunes 24 de Junio se encontraba estudiando la última materia para entrar a rotación. Ya sobre la madrugada del martes comenzó a sentirse mal, con fuertes dolores abdominales y decidió llamar por teléfono a una amiga con quién, había estado estudiando horas antes para que lo llevara a ser atendido por los médicos. Al llegar al hospital Vera Barro, lo dejaron internado. Al comunicarse mi madre, ella se entera de su situación y viaja a La Rioja inmediatamente desde San Juan. Ese día deciden operarlo de una obstrucción en los intestinos. Aparentemente había salido todo bien, pero al pasar las horas se dieron cuenta que se había complicado la situación y el viernes lo operan nuevamente porque sus intestinos se habían perforado. Se le había producido una peritonitis. Ese día viajamos mi padre y yo, porque sabíamos que su estado era grave. Nos urgía estar en familia como siempre lo hemos hecho.
Los médicos nos informaron que su evolución no era favorable y esperábamos un milagro. Se difundieron muchas cadenas de oraciones pero, más allá de conservar la fe, éramos realistas. En ese momento el mundo se nos vino abajo, y aunque nos sentíamos destrozados había que comenzar a realizar las averiguaciones pertinentes con el servicio fúnebre que pagamos para que nos informaran sobre traslado y demás. Al decirnos el monto del traslado, nos quedamos helados porque era un monto lejano para nosotros, pero íbamos a recurrir a préstamos para solucionarlo.
Al tomar conocimiento de ésta situación, sus amigos y compañeros organizaron una campaña solidaria, donde se hicieron distintas colectas para recaudar fondos, de las cuales nos fuimos enterando después sin estar al tanto de todo lo que se había generado mediáticamente ni en las redes sociales. También dispusieron una cuenta en el Banco Patagonia, donde amigos, compañeros, profesores y corazones solidarios, le brindaron un gesto de amor a mi hermano Alejandro.
En la tarde del sábado, el hospital se colmó de amigos, compañeros, familias y profesores que estaban dándole fuerza y entereza a mis padres, orando por la vida de mi hermano y queriendo verlo aunque sea por última vez… Muchos, incluso los que viajaron de otras provincias para llegar en sus últimas horas, ya no pudieron despedirse… Mi hermano falleció esa tarde del 29 de Junio, su corazoncito no aguantó … y nosotros no podíamos creerlo… aún no podemos creerlo, como si el tiempo se hubiese detenido en ese instante. Ya al mirar su cuerpo sin vida, parecía que en su rostro había una sonrisa de paz, luego de tanto sufrimiento.
Una de sus amigas se comunicó con un sacerdote carismático muy conocido en La Rioja, el Padre David (como lo conocen todos), quién se contactó inmediatamente con el gobernador y autorizó a través de Desarrollo Social de La Rioja, el traslado hasta San Juan. También nos donaron el cajón para el traslado hasta el servicio de cochería en la capital sanjuanina, y la sala velatoria en la ciudad riojana.
Inmediatamente la Decana de la Facultad de Medicina se puso a disposición y también querían brindar el traslado, pero no fueron los únicos. Desde Desarrollo Humano de la Provincia de San Juan, al enterarse del caso de Alejandro, luego de la repercusión que tuvo en los medios digitales y redes sociales, se pusieron a disposición para lo que necesitáramos y nos ofrecieron su ayuda. El intendente municipal del departamento de Angaco se hizo presente manifestándonos su preocupación y su disposición para ayudar, al igual que el intendente electo recientemente Carlos Maza, junto a su diputado Marcelo Mallea. Desde el lugar que nos tocaba atravesar nuestro dolor, íbamos recibiendo todas las llamadas de ayuda, sintiéndonos enormemente agradecidos por lo que se nos brindaba. Pero tuvimos que dejar de lado éstos ofrecimientos de ayuda porque ya habíamos resuelto el problema principal (traslado, gastos inmediatos, etc;), y lejos está de nuestros valores y principios como seremos humanos y familia, lucrar con algo tan sagradamente doloroso como es la muerte de mi hermano.
Alejandro fue velado principalmente en la ciudad de La Rioja hasta las 6hs del día domingo para luego partir hasta la capital de San Juan donde debía ser preparado por el servicio fúnebre. El adiós fue un cúmulo de recuerdos y de historias compartidos por amigos, compañeros, profesores, incluso algunos que viajaron desde muy lejos para llegar a su velatorio… Según los testimonios de quienes vivieron sus años de estudiante con él, nos dejaron al descubierto un joven solidario que ayudaba a otros y tendía sus manos al que lo necesitaba, un plato de comida, un techo, palabras de aliento en fin… había sembrado el amor, que tiempo después y ya hoy, en la hora de su muerte le regresaría la vida.
Alejandro volvió a Angaco. No con su mochila repleta de fotocopias, ni con su valija de ropa para pasar unos días… Alejandro volvió sin vida, para despedirse de su tierra, de su gente, del jardín de su casa, de sus montañas, de su historia…
Ésta es la historia más triste y difícil que me toca escribir. Sí, porque es la verdad que nos acaba de golpear sin piedad… así de repente, sin tregua.
Jesús Alejandro Tobares fue sepultado el lunes 01 de Julio en el cementerio de Angaco… y aún pareciera estar caminando entre nosotros, con sus chistes, con su risa…Ese día hubiese rendido su última materia para entrar a rotación en la carrera… Encontramos en su departamento, su apuntes en la mesa, las carpetas, la compu prendida… Se fue… se fue llevándose un puñado de sueños por cumplir, y un pedacito de todos los que lo amamos…
Como ya lo he expresado en otras oportunidades, mi familia y yo no tenemos palabras de agradecimiento para tantos gestos de amor recibidos. Más allá del profundo dolor, nos consuela saber que Alejandro dejó huellas en muchos corazones, y que ese amor hoy se une para generar algo maravilloso.
Estamos agradecidos con cada uno de los que colaboraron con sus oraciones, con sus acciones, gestiones y también monetariamente. Aprovecho a dejar en claro que por favor no depositen más en la cuenta del banco que se difundió porque ya se ha juntado el dinero para los gastos que se vienen: flete para la mudanza de los muebles desde La Rioja, canon de alquiler, tarjetas de invitación para la misa, trabajo de nicho, combustible, etc. Repito nuevamente, lejos está de nuestra esencia como familia lucrar con algo tan trágico y sagrado como lo ha sido la muerte de Ale y si bien no nos sobra nada, tampoco nos falta nada, por ese motivo sería injusto llamarnos una “familia de muy escasos recursos”, porque hay gente que realmente la pasa muy mal, y ser de escasos recursos, es no tener como valerse bajo ningún caso. Somos trabajadores y luchadores del día a día, y seríamos desagradecidos con Dios y la vida, si nos consideráramos de otro modo.
El maravilloso pensar que sin pedir nada, lo hemos recibido todo de tanta gente que nos ha brindado su luz.
Desde hoy nos queda pensar que todo esto debía ser así, que quizás Alejandro tenía preparado otro camino y ya había concluido su misión en ésta vida… Desde hoy nos queda recordarlo en los jardines que amó, en el vuelo de los colibríes, en el aroma del mate, en las fotos de la niñez, o al escuchar rock nacional, en las antigüedades, en cada joven estudiante de medicina con el sueño de ser médico, en la memoria que guarda mi casa…
Siempre en nuestro ser, hermano mío… siempre en nuestro corazón extrañándote…
Te amamos profundamente… Hasta siempre…"
