La Cruz Roja es una organización de la sociedad civil, sin fines de lucro con presencia en casi todos los países del mundo. Este lunes celebra un año más de su llegada a la Argentina, gracias al aporte del sanjuanino Dr. Guillermo Rawson.
A lo largo de tantos años, muchas personas fueron dejando sus huellas en la institución, entre ellas hay un sanjuanino que tras 20 años de labor, todavía sigue participando e instigando a las nuevas generaciones para que se comprometan a generar un cambio en la comunidad. Se trata de Roberto Bazán, quien abrió las puertas de su oficina a Diario La Provincia SJ para contar su historia.
"Soy policía retirado. A la mayor parte de mi carrera la hice en la parte de Toxicomanía. Cuando me retiré sentí que mi trabajo no estaba completo y que había que atacar este problema por otro lado. Entonces fui al Centro Por la Vida en la que en ese entonces había una comunidad terapéutica en la que se trabajaba en la prevención de las adicciones. Quien estaba a cargo era presidente de la Cruz Roja así que ingresé gracias a él en el año 98", comenzó.
Sobre Roberto
Empezó su carrera como oficial de la Policía, y pronto encontró su vocación. "Me mandaron a trabajar a Salud Pública en la parte de sumarios y me empecé a interesar en la parte de las drogas. En la Policía no había un área que se dedicara a esto. Por eso, con otro oficial, presentamos una propuesta y armamos el departamento de "Toxicomanía" (actual División de Drogas Ilegales). Hice cursos con la DEA, la Federal y la Sociedad Argentina de Pediatría. Creo que eso me volcó a trabajar con los jóvenes".
Fue gracias a su trabajo que encontró uno de sus hobbies. "Me dio gastritis y el médico me indicó una dieta estricta. Estuve así casi un año, hasta que me dijo que lo mío era un problema psicológico, que tenía que salir a hacer ejercicio. Al principio corría con vergüenza, hasta que en algún momento me animé y salía hasta de día. Al mismo tiempo, desde el Comando me mandan de servicio al Triatlón Internacional de San Juan. Allí vi a una persona que tenía 55 años y me asombró su estado, eso me hizo preguntarme por qué no podía hacerlo yo. Al año siguiente yo ya estaba corriendo, fue uno de los grandes logros de mi vida. Después incluso fui campeón argentino en mi categoría".
Su familia está formada por su esposa, su hija, ambas enfermeras, y tres varones, uno bioingeniero que trabaja en Neuquén, otro técnico electrónico que vive en Río Cuarto y el último que es médico y está haciendo su especialidad en el Hospital de Clínicas en Buenos Aires. "Los cinco me acompañaron en esto, fueron un pilar muy importante no solo en la Cruz Roja, sino también con el deporte", agregó.
Fuerza joven
La Argentina cuenta con 65 filiales de la Cruz Roja, y la sanjuanina se destaca por estar conformada por una mayoría de jóvenes. "Salvo yo, los demás son todos jóvenes. El presidente y la vicepresidenta son abogados y tienen menos de 30 años. Hace unos años atrás tuvimos la visión de empezar a recorrer los secundarios, haciendo un taller llamado "aprendiendo a servir". De los 30 alumnos que capacitábamos se quedaban 15, y poco a poco fuimos creciendo. Hoy si hacemos una convocatoria ante una emergencia tenemos disponibles 80 voluntarios, lo que es una fuerza enorme", destacó.
La única característica que tiene que tener una persona para ser parte de la Cruz Roja es tener la voluntad de servir. "Inscribimos a chicos a partir de los 15 años. Una vez que ingresan van pasando por diferentes líneas de acción para capacitarse. Trabajamos con prevención sísmica, prevención de adicciones, prevención del contagio del VIH, primeros auxilios, la parte de juventud y gestión de riesgo. Después se queda en el área que más le gustó. Todo voluntario que sale a trabajar a la comunidad, sale capacitado porque trabajamos con vidas", puntualizó.
"A veces lo más feo se transforma en lo más lindo. Llegamos a ayudar a una inundación, le entregamos un par de zapatillas a un niño y su mirada de agradecimiento no tiene precio. He trabajado en varias inundaciones en Valle Fértil e Iglesia, también en un proyecto de la Unión Europea que consistía en hacer un plan de emergencia para 25 de Mayo y Sarmiento", señaló.
Ha ocupado muchos cargos dentro de la institución, entre ellos dos veces presidente e incluso consejero de gobierno, que es un cargo dentro de la comisión directiva nacional. "Me gustaría que la gente se arrime un poco más, no solo a la Cruz Roja, sino a las demás organizaciones civiles, porque hay muchas necesidades. A veces no se necesitan ayudas materiales, sino una mano en el hombro", agregó.
La historia viviente
No hay mayores precisiones sobre la fecha de inicio de trabajo de la Cruz Roja en San Juan, es que el terremoto del 44 enterró los registros. Se sabe que el primer edificio estaba ubicado en la Av. Libertador y Mendoza, en donde funcionaba la escuela de enfermería, pero se derrumbó. "Descubrimos actas de reuniones de comisiones que hablaban de la compra de un terreno. Era el acta 32, en 1906, así que deduciendo que se reunían cada dos meses, establecimos los inicios en 1898", indicó.
Según relata Roberto, la segunda filial estaba ubicada en calle Laprida y Sarmiento. "En ese lugar teníamos un local, que en el año 1984 el gobierno se comprometió a hacer un edificio que iba a funcionar como una escuela de enfermería. Al año siguiente no se puso en el presupuesto y quedó en la nada. Trabajábamos en un galpón improvisado con techo de chapa. Esto fue hasta que en el 2003 alguien compró la esquina y para poder agrandar el terreno nos ofreció un intercambio directo del terreno por esta casa", finalizó.
Actualmente funciona en Mariano Moreno 35 oeste, entre calles Entre Ríos y Mendoza, en Capital, pero 35 años después, la escuela de enfermería sigue siendo una deuda pendiente.
Galería de fotos
