Jáchal es uno de los departamentos de San Juan donde más se conserva la arquitectura de antaño. Las viejas casonas de más de seis metros de altura, realizadas con grandes ladrillones de adobe y con veredas finitas se conjugan de a poco con algunas contadas edificaciones nuevas que van apareciendo "tímidamente". Una de las viejas estructuras que se encuentra en la zona es la tornería de los Balderramo, que incluso aún conserva el cartel de chapa en lo más alto de la puerta. Ubicada en calle florida entre Sarmiento y Rawson, frente al histórico museo de la familia, pronto ya no estará más allí.
Es que la casona será derribada porque con el tiempo han comenzado a deteriorase los palos del techo, los cañizos, ceder los cimientos, las estructuras colapsar y el peligro de derrumbe es importante. La casona lleva más de 150 años de existencia y, si bien hace cinco no estaba habitada, se convertía en un riesgo latente para los que transitaban por la vereda.
"Ha soportado bastante tiempo, especialmente los sismos pero los desgastes de las paredes lleva a que ahora esté en riesgo de colapso y no hay otra opción", comenzó explicando a Diario La Provincia SJ, Nicolás Pérez desde Protección Civil de Jáchal.
Los trabajos de análisis de la estructura se dieron después de que ingresó un pedido puntual del área de Servicio Público del departamento. A partir de ahí se convocó a Bomberos de San Juan que hizo la evaluación de riesgo y, con asistencia permanente del municipio, se trabajó con arquitectos del área de Patrimonio para evaluar el estado de toda la construcción.
"Llegamos al lugar, examinamos la estructura con apoye técnico de arquitectos que conocen más de estructura que nosotros y se vio que el grado de deterioro es muy alto. La correspondencia nuestra fue hablar con los dueños del lugar, la gente responsable de la estructura, para solicitar un permiso para hacer un vallado preventivo para evitar que haya daño para las personas que transitan por ahí cotidianamente", explicó Pérez que subrayó que niños transitan por ahí para ir a la escuela, gente adulta e incluso muchos dejaban los autos estacionados.
Toda esta serie de medidas que se tomaron fueron primeramente para prevenir que haya un desprendimiento de un material sólido que pueda impactar en algún transeunte y pueda provocarle algún daño físico. Se colocó un vallado temporal que no solo incluye la cinta perimetral sino también rejas que actúan como contención por si la estructura cede aún más.
"Se ha hecho el vallado, se notificaron a las autoridades del riesgo del colapso de la estructura por el deterioro del tiempo porque es una casa muy vieja. Ahora queda la instancia privada que depende de la familia con las gestiones que se debe hacer y la parte legal", agregó destacando que ya el cimiento "ha cedido" y son adobes de 70x70 lo que genera un "riesgo constante de derrumbe", "se está cayendo de a pedacito".
La semana que viene, y dependiendo de la velocidad que corra el expediente administrativo y legal, se pasará a su demolición.
