Durante mucho tiempo su mantenimiento y puesta a punto fue a pulmón. El sacrificio de los vecinos para mantenerla se hizo difícil pero en los últimos años fue hermoseada y ahora, con los últimos arreglos se convirtió en el orgullo de los vecinos. Se trata de la plaza Beatriz Basualdo del loteo Aranda, ubicada en calle Ramón Franco entre Aranda y Pérez, en Santa Lucía.
Este jueves, el espacio verde fue inaugurado y hasta allí llegaron todos los vecinos. Quienes estuvieron ahí fueron los hijos de Beatriz Basualdo quienes agradecieron al municipio y a los vecinos por haber elegido ese nombre para este pulmón natural. Beatriz murió hace 13 años pero fue ella quien más luchó para que este lugar existiera.
"Se están viviendo momentos especiales, para mi también es muy particular. Cuando uno inaugura una plaza generalmente habla de las obras pero creo que esta noche es especial porque cada banco, luz y planta está el recuerdo de Lucía. Por eso es especial y poder disfrutarla significa que ha sido una persona de bien. Porque cuando los vecinos hablan así de una persona y ponen un nombre es porque ha cumplido un rol especial en la comunidad", señaló el intendente Marcelo Orrego en el acto.
Luego destacó las palabras vertidas por los hijos de Beatriz que con lágrimas en los ojos relataron las anécdotas que quedaron grabadas en la memoria no solo de ellos sino de muchos de los que actualmente viven ahí.
"Escuchar a la hija hablar se pone la piel de gallina al igual que para todos los que no tienen a su mamá acá, inmediatamente se despegan recuerdos, situaciones, momentos y que más lindo que recordarla con alegría. Y recordar desde los momentos más lindos", agregó Orrego quien destacó el trabajo de su equipo que supo escuchar a los vecinos y trabajar "incondicionalmente" para cumplir el deseo de la gente.
"En estos ocho años hemos trabajado de manera conjunta pensando en el bien común, en los que más necesitan y construir una ciudad. Hace ocho años cuando llegué al municipio vi que estaba en una situación delicada y pensé si se puede. El primer cambio, más allá del servicio que prestamos, fue en la cabeza, de darnos cuenta que sí podíamos hacerlo y teníamos a los mejores recursos que son los vecinos. Si no tiene gente que ama lo que hace, la verdad que lo que sea se va a fundir ahí no más. Todos luchan para construir el mejor lugar para vivir. De ahí salió nuestro eslogan. Este departamento creció mucho y de manera igualitaria", señaló.
Por su parte, Juan Manuel Roca, presidente del Concejo Deliberante y vecino de la zona, agradeció al diputado Juan José Orrego que junto a Carlos Platero lo acompañaron a hablar con los vecinos. "Vinimos a ver qué necesitaba esta plaza y el loteo también. Habían muchas gestiones que nos habían dejado de lado. Marcelo con mucha preocupación comenzó a trabajar, lo metió en el presupuesto y se pudo hacer", destacó.
Por su parte, Juan Jose Orrego destacó el trabajo en equipo del municipio y la obra que está dejando su hermano Marcelo Orrego en el departamento. "Juan Manuel con el gran equipo que tiene la municipalidad que siempre hace todo con buen corazón. Vamos haciendo obras con sentimiento y eso lo trasladamos. Eso hay que seguir construyendo con los vecinos, todo con sentimiento y emociones", finalizó.
La historia de Lucía
Lucía Beatriz Basualdo tenía 52 años cuando una enfermedad acabó con su vida, sin embargo su legado quedó para siempre en un barrio de Santa Lucía. La madre de cinco hijos durante años luchó para que un descampado se convirtiera en una plaza y puso todo su corazón para darle forma. Golpeó puertas, pidió y pidió a todos y 13 años después de su partida la plaza quedó hermosa y este jueves fue inaugurada con su nombre.
"Mi mamá era ama de casa, tenía cinco hijos y murió en el 2006, cuando yo estaba en la secundaria y tenía 15 años. Fue después de transitar una larga enfermedad. Luego de que murió, los vecinos nos dijeron que querían que la plaza se llamara como ella", relató Carolina Cortez Basualdo, hija más chica de Lucía.
Luego recordó que su mamá "le dedicaba mucho tiempo a la naturaleza, iba a buscar plantas a la escuela de jardinería para la plaza y vivía ne la municipalidad pidiendo cosas al igual que a los vecinos a quienes les pedía ladrillos. La virgen del Valle se la donó la madre de un vecino.
"Ella estaría muy feliz con esta plaza porque sería ver su obra terminada, que se logró y bien hecho. Ella trataba de hacerlo pero podía a medias. Es un honor y reconocimiento enorme para mi mamá que en vida le dedicó muchas horas a esta plaza, al barrio", finalizó.
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