Historia

Benjamín y la fortaleza para enfrentar la vida: a un mes del caso que conmovió a San Juan

A un mes de aquel día, y con un historia que tuvo final feliz, el pequeño poco a poco recobra su vida con normalidad rodeado por la gente que lo quiere y contiene.
jueves, 18 de abril de 2019 09:14
jueves, 18 de abril de 2019 09:14

"Benja", "Benja", "dónde estás Benja", se escuchaba hace un mes en la madrugada en la zona arenosa y rocosa de El Salado, en Albardón. Las voces eran de familiares, amigos y cientos de sanjuaninos que se sumaron a una búsqueda desesperada. Quien había desaparecido era un niño de apenas 5 años de edad que, jugando, se perdió en el lugar. A un mes de aquel día, y con un historia que tuvo final feliz, el pequeño poco a poco recobra su vida con normalidad rodeado por la gente que lo quiere y contiene.

Su mamá recuerda que la primera noche, el nene no quería despegarse de ella. “Yo quería que estuviera solito en la cama por una cuestión de comodidad, ya que la noche anterior no había dormido nada, pero él quería que nos acostáramos juntos y descansamos abrazados”, expresó en Clarín, su madre Andrea Quiroga, destacando que por aquellos días, Benja tenía "miedo a la oscuridad" y "casi nadie durmió en casa por una semana".

"Me preguntaba varias veces ¿te fuiste a dormir al departamento o me estuviste buscando?‘, agregó Andrea quien señaló que el niño le “pedía quedarse en casa, cerca mío”.

La madre de Benja es médica rural y trabaja en Barreal. Ha visto innumerables realidades en su rutina y siente que lo que vivió “fue un milagro”. Es que el niño recorrió 21 kilómetros, entre el atardecer del domingo 17 y la noche del lunes 18 de marzo, una cantidad de kilómetros impensada para un niño que se mantuvo sin comer nada ni tomar agua.

Foto: Clarín

Para encontrarlo trabajaron en el lugar alrededor de 1.300 socorristas y voluntarios, incluido el helicóptero provincial. En la siesta del 18 de marzo, el niño fue encontrado por baqueanos, sentado sobre una piedra, junto a un árbol. Estaba consciente y apenas deshidratado. 

“Es muy inquieto y osado”, describe Andrea, trayendo a su memoria otras dos veces que desapareció: una este verano en la playa de Mar del Plata y otra en febrero, cuando corrió en medio de los asistentes de la multitudinaria Fiesta del Sol en San Juan. “Esas veces, lo atrapamos a tiempo”, recordó la mamá.

“Mi mamá me estaba persiguiendo y empecé a correr. Al principio la escuchaba, pero después me perdí. Me apoyé en una piedra, la empecé a llamar, pero no me escuchaba”, dijo el niño sobre aquel día que desapareció en Albardón y agregó: “Caminaba hacia una luz que estaba muy lejos, en los árboles, a donde estaba mi mamá”. 

“Benja corrió para un lado y su madre y hermana salieron a buscarlo para otro. "Hay una línea de 3 kilómetros de árboles altos, algarrobos, por donde creo se fue. Siguió caminando hasta pasar un monte y después se internó en la salina, que es puro desierto. Lo buscábamos en el lugar equivocado”, dijo la madre quien relató que su hijo le contó "que se enterraba en el barro, que intentó dormir pero que la piedra tiritaba, se movía sin parar”.

A medida que pasaban las horas y cuando las tareas de búsqueda no daban resultados, la mamá confiesa que pensó lo peor: “Sentís que ya no hay razón para seguir viviendo. Pensás que tu hijo podía haber sufrido un shock multiorgánico, que ya no lo vas a encontrar con vida, pero a la vez me decía, no podés perder la esperanza”.

Entonces repara que tuvo que declarar ante los investigadores y que sabe que, en estos casos, el círculo íntimo de los chicos también es sospechoso: “Siempre me trataron con respeto, pero nuestro auto fue requisado y tuve que responder hasta con quién y en qué asiento viajábamos cada uno de los que fuimos con Benja esa tarde".

“Con la imaginación de un niño pequeño cuenta que había hormigas buenas y malas. Y que, durante la noche, le hablaron las buenas y le dijeron que se resguardara debajo de un árbol”, señaló Andrea a lo que Benja, agregó: “Llamaba a mi mamá, pero ella no me escuchaba porque estaba muy lejos. Me dolía la panza cuando estaba durmiendo en el piso”.

“A los días de volver a casa, me pidió que lo lleve a hockey como le había prometido”, dijo Andrea quien recordó que cuando llegó al club Huarpe, lo esperaba la comisión directiva para regalarle el palo.Más allá del final feliz, la vuelta a casa no fue fácil.

A un mes de su travesura, Benja es el centro de atención de su casa. Por muchos años más, será el regalón de sus hermanas, abuelos, primos y tíos. ¿De qué te acordás", le pregunta la mamá, y el nene responde: “¡Me dolía el corazón de tanto extrañarte".

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