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Roberto Bastianelli, el psicólogo de perros sanjuanino

Hace casi 40 años que se dedica a trabajar con canes y a rehabilitarlos. Estudió en Italia y es uno de los pocos que ejerce esta profesión en la Argentina.
domingo, 31 de marzo de 2019 22:00
domingo, 31 de marzo de 2019 22:00

Roberto es un sanjuanino con una profesión poco común es psicólogo conductista de perros. Desde hace casi cuatro décadas que se dedica a trabajar con los trastornos de los canes y es una eminencia en rehabilitación sobre todo en casos de agresiones.

Si bien esta es la tierra que lo vio nacer y en donde ejerce, tuvo la posibilidad de recorrer distintos puntos del globo. "Soy un hijo del mundo. Nací en San Juan, pero desde muy chiquito me fui a Mendoza. Después me radiqué en Milán, Italia en donde estuve alrededor de 10 años. Por cuestiones de familia volví a mi provincia natal. Hace 39 años que trabajo con perros, ellos son mi debilidad. En Italia pude hacer la especialización en conductismo que es fascinante y me dediqué a eso", contó Roberto a Diario La Provincia SJ. 

Pese a su amor por los perros, esa no era su primera profesión. "Cuando volví a la Argentina, no pude ejercer mi profesión original que es la de maestro mayor de obra especializado en cálculo sismoresistente. En la provincia ya hay muchas empresas constructoras, pero soy el único conductista canino, así que mi hobbie se convirtió en profesión", agregó. 

Una importante aclaración es que no es lo mismo un psicólogo conductista que un entrenador. "Cuando un perro se comporta mal, tiene problemas de conducta, tiene un trastorno psicológico, por eso es necesaria la intervención de un conductista. Un claro ejemplo es el de la rehabilitación de perros agresivos, un adiestrador no puede rehabilitarlo, se necesita un conductista".

El inicio de los problemas
La mayoría de los trastornos de los perros son generados por los propios dueños. "El 99,9% que me llaman por un problema de un perro, en realidad el problema nunca es el perro, sino los dueños. Para ejercer una profesión tenemos que estudiar, pero todo el mundo tiene perros sin saber nada de ellos. Por eso terminan educando al perro como si fuera su hijo. Eso se llama antropomorfismo o síndrome de humanización de un perro. Es como si usted tomase a su bebé y lo criara en un chiquero". 

El tratar a los canes como si fueran niños genera muchos comportamientos indeseados. "Los perros humanizados terminan haciendo sus necesidades adentro de la casa, se suben arriba de la cama, del sillón, se roba la comida, mastica las plantas, hace pozos en el jardín, se escapa cuando abro la puerta, salta encima de la gente, todos estos son trastornos psicológicos. Los perros de campo no tienen problemas psicológicos, son los de ciudad los que tienen estos conflictos por la íntima relación con el ser humano, analizó Bastianelli". 

Es por ello que los primeros que tienen que analizarse son los propios dueños. "La primera sesión dura entre hora y media y dos horas y se hace con los propietarios. Hay algunos que lo meten a la cama y duermen abrazados al perrito. Los perros entre ellos no actúan de esa manera. No puede estar ni en la cama ni en el dormitorio, ni en el sillón, ni en los brazos de los dueños, ni al lado de la mesa cuando se come, porque le estoy cambiando su naturaleza".

Lo que es natural
El experto señala que todo depende del carácter del animal y de los integrantes de la casa. "El perro es un animal gregario, vive en manada. Esa manada está regida por un alfa, que no es el más bonito ni el más grande, sino el que tiene más carácter. Ese carácter en el mundo de los perros se llama energía. Es ese el perro que pone las reglas dentro de la manada. Cuando traemos un perro a nuestra casa lo que estamos haciendo es traer un perro a nuestra manada, y lo primero que hace es buscar quién es el alfa, el que pone las reglas. Si es el que tiene más energía, va a marcar las reglas de la casa, por eso empieza a hacer lo que se le canta volviendo locos a los dueños. Cuando los dueños lo quieren reprimir el perro les muestra sus dientes como diciendo que no lo repriman porque los va a morder. Ahí empiezan toda una serie de problemas".

Roberto explica que si bien su trabajo se funda en rehabilitar perros, sería fundamental que una familia lo convoque antes de adquirir el animal. "La gente me llama cuando ya está desesperada. Los perros callejeros de los cuales todo el mundo se queja, no nacieron en la calle, los tiraron. Si hoy por hoy sacásemos a todos los perros de la calle, en un mes volveríamos a tener, porque la gente no los castra y termina tirando a los cachorros como si fueran papel higiénico. Son criaturas que tienen vida, sentimientos, sufren", sentenció el profesional. 

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