La emoción no se podía contener e iba de la mano de la gran alegría. Benjamín Sánchez apareció pasada las 16 horas, a 24 horas de la última vez que lo habían visto. El niño estaba a más de 21 kilómetros de donde había sido visto por última vez y pudieron llegar a él gracias a las huellas que fue dejando en su andar.
Al pequeño lo encontraron debajo de un arbusto, sentado y con un grado de cansancio que era notorio pero que, pese a eso, se mostraba atento. "Quiero agua", fue lo primero que dijo el niño a los baqueanos que lo levantaron en brazo. Paralelamente llegó el equipo de la Asociación de Enduro y Rescate que con alegría decidió retratar el momento.