Religión

Padre Roberto López, el cura sanjuanino que evangeliza en Cuba

El 16 de diciembre, el cura sanjuanino cumple 25 años de su ordenación. El padre desarrolla su labor hace un tiempo en Cuba y cuenta con fuertes historias en Haití y Colombia.
viernes, 6 de diciembre de 2019 00:00
viernes, 6 de diciembre de 2019 00:00

Su voz es pausada y transmite gran tranquilidad. Es oriundo de Iglesia pero su corazón no solo está en San Juan sino también en Cuba y en todo aquel lugar que lo necesite. El padre Roberto López lleva 25 años abrazado al sacerdocio y su labor misionera la ejerce hace varios años en la zona del caribe.

López cumple 25 años de su ordenación el próximo 16 de diciembre. Del 2006 al 2011 cumplió su primera misión en Cuba y luego regresó a aquel país, hace un año y medio para tocar las puertas de los corazones aferrado a la palabra de Dios.

"A los 18 años, cuando estaba terminando la secundaria, sentí el llamado de Dios. Por diversas experiencias se despertó la vocación sacerdotal. Soy del departamento Iglesia, en el 85 terminé la secundaria y en el 86 ingrese al seminario del Rosario, en Santa Fe. Estando en el seminario sentí la vocación misionera, de ir más allá de la frontera. Leí en un periódico de la iglesia que ahí faltaban sacerdotes, entonces  pensé que si la iglesia me necesita estoy dispuesto a servir allá", recordó López a Diario La Provincia SJ.

A través de un sacerdote de Buenos Aires nació la posibilidad de ir a Cuba y comenzó a tramitar la visa. Así fue como después de varios trámites, logró viajar a aquel país, al principio con la mirada puesta en 3 años, pero se quedó 5. Luego tuvo que irse de allá y permaneció dos años en Colombia, estudiando en Bogotá.

Posteriormente regresó a la Argentina donde estuvo cuatro años en la parroquia del Perito Socorro en Casuarinas, en 25 de Mayo. A monseñor Jorge Lozano, le presentó su inquietud misionera que "siempre estaba disponible porque estaba dispuesto a seguir con la misión". Y se puso en contacto con el obispo de allá quien aceptó que regresara allá.

En Cuba tiene programado estar tres años y luego verá cómo sigue su camino. "Cuba es una realidad muy diferente a la Argentina. La realidad política, social, económica y religiosa. Allá hace 60 años que está bajo el régimen comunista y socialista. Eso le da impronta a la sociedad, económica y religiosa. Es una sociedad distinta. La realidad pastoral es una realidad diferente", explicó. 

"Allá se trabaja en pequeño, a diferencia de acá que uno se encuentra multitudes de personas. Allá son pequeños grupos. Se trabaja de una manera más personalizada. Los recursos materiales son más limitados. No hay tantos medios como los que se cuentan acá y eso hace que la misión tenga sus desafíos", puntualizó. 

Los desafíos

A López le tocó enfrentar diferentes desafíos en el Caribe. La primera experiencia fuerte fue el 8 de septiembre del 2008 cuando se produjo un ciclón que "devastó todo". "Levantó los techos de los templos, de las casas, fue una experiencia que marcó mi vida, el trabajo con la gente, tener que acompañarlos, ayudar a levantarse de nuevo", recordó. 

Luego trajo a la memoria cuando estando en Cuba en el 2010 quiso ir a ayudar un mes a la comunidad de Haití tras un terremoto devastador. "Fue el terremoto en puerto Príncipe. Estuve un mes ayudando en el hospital, con el terremoto, fue muy fuerte. Fueron realidades muy duras y difíciles", aclaró. 

"La primera experiencia de misión al comienzo se sintió bastante. Salir de mi provincia, de la parroquia, despegarse de los amigos, al principio costó bastante. Pero allá uno se encariña con la gente, comienza a hacerse amistades. La forma de ser del cubano es muy abierta, familiar, uno empieza a enamorarse de aquel lugar. Hoy en día uno se sienta bien allá. Uno extraña el lugar pero siente aquello como propio", puntualizó.

Roberto López tiene 53 años y tiene once hermanos. Sus padres fallecieron en 1996 y su familia es uno de los pilares fundamentales en su vida. En su Iglesia natal están los afectos de sangre pero también aquellas personas que se convirtieron en hermanos de corazón. 

"Salí a los 19 años, fui al seminario, ejercí fuera, volver a los lugares, reencontrarse con gente de nuestro tiempo es muy bonito, muy lindo. Por ahí con las generaciones jóvenes se va perdiendo, ya no se conocen, no te registran mucho. Los niños que conocía ya son jóvenes, casados", bromeó.

El próximo sábado 14 de diciembre, el padre volverá a Iglesia para celebrar la misa de Acción de Gracias. Será a las 20 horas en la capilla Inmaculada Concepción de Villa Iglesia. Luego el lunes 16 de diciembre, día de la ordenación, brindará una misa a las 21 horas en la parroquia Nuestra Señora del Valle, en Rawson.


 

 

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