Homenaje

El recuerdo de la esposa de Edgardo Mendoza: "su ausencia es enorme pero las alegrías son más grandes"

En este 2019, el historiador sanjuanino partió después de luchar 17 años contra el cáncer. Hoy su esposa Miriam Chacón lo recuerda como el gran hombre que fue.
domingo, 29 de diciembre de 2019 08:15
domingo, 29 de diciembre de 2019 08:15

El pasado 24 de agosto el gran historiador sanjuanino Edgardo Mendoza murió después de batallar por 17 años contra el cáncer. Su legado como persona y como profesional enriqueció a la provincia y al país en múltiples conferencias, libros y por supuesto en cada uno de sus estudiantes. 

La partida del profesor de la Universidad Nacional de San Juan le dolió a muchos y en su ámbito familiar, a su esposa Miriam Chacón y sus hijos, quienes hoy en el calor de su hogar lo recuerdan como el gran hombre que fue. 

“Edgardo fue un maestro para nosotros, no sólo desde su formación histórica sino en la vida misma. Debió enfrentar muchas cosas difíciles, él siempre mencionaba con el mismo grado de dureza lo que significó el exilio y la enfermedad que padeció como dos momentos muy duros en su vida. Sin embargo Edgardo tenía la capacidad enorme de siempre encontrarle el lado bueno a las cosas, gracias a eso el ánimo siempre se mantuvo fuerte y firme para enfrentar las dificultades”, recordó su esposa Miriam a Diario La Provincia SJ. 

“Fueron unos largos 17 años desde que tuvo su diagnóstico oncológico. Algunos de ellos fueron esperanzadores, de tratamientos y de creer que Edgardo podía continuar con su lucha. El año más duro para él fue este 2019 donde llegamos a comprender que no podía ser soportando tanto dolor. El desenlace significó su propio alivio a tanto sufrimiento”, agregó.

Siempre soñador, ambicioso con sus proyectos pero en post del enriquecimiento y la cultura de San Juan, el investigador y ciencista se ganó el cariño de la gente gracias a su inigualable cariño al momento de hablar. 

Siempre lo admiramos y aprendimos a “ser como Edgardo”, en las situaciones difíciles lejos de abatirse o deprimirse, recobraba la fuerza para hacerle frente a la adversidad. Su última instancia era aceptarlas si no tenían solución. La mayoría de sus frases comenzaban diciendo “lo bueno es que…”, siempre buscó eso y fue una de las cosas más importantes que nos dejó”, aseguró. 

Querido y admirado por muchos, y con una historia que pesaba en la vida de todos, Mendoza no tenía problema en contar su apasionante historia de vida, aquella que lo llevó a estar muchos años exiliado en Francia y también encontrar el amor en una de sus estudiantes, hoy madre de sus hijos Julián y Camila. 

Pudimos reír mucho juntos. Otras veces lloramos pero la vida que compartimos fue una vida de alegrías. Siempre pensamos que la risa nos llevaba a aflojar tensiones y también a enfrentar situaciones. El temple de Edgardo siempre estuvo acompañado de un humor que contagiaba. Siempre que contaba la historia de su familia mostraba orgullo y eso nos da a mis hijos Julián y Camila y a mi una tranquilidad enorme porque sabemos que fue feliz con nosotros”, dijo sonriendo Miriam. 

“En el ámbito de lo familiar lo recordamos en todo momento, siempre hay mucho y muy bueno de lo que compartimos a su lado. En estos meses participamos de homenajes muy respetuosos y eso nos llena de orgullo. Ahora continuamos con la vida que a veces nos frena un poco porque su ausencia es enorme pero las alegrías que nos dejó son más grandes”. 

Por último, Miriam se mostró orgullosa y agradeció a los sanjuaninos por acompañarlo en tantas oportunidades y aceptarlo en sus vidas. “El reconocimiento de su pueblo, de su querido San Juan lo pudo vivir. Se sentía muy querido y eso para él era muy importante y lo disfrutaba, sentía que a través de su enseñanza podía devolverles ese cariño tan grande que siempre le daban”, concluyó. 

 

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