Retamito es un pequeño pueblo de Sarmiento, en las cercanías con el límite con Mendoza. Apenas 30 familias viven en la zona y sin embargo dan cátedra de buenos vecinos. Hace tiempo descubrieron que unidos son más fuertes y desde entonces no paran de realizar acciones para darle más vida a su lugar en el mundo.
Con mucho esfuerzo construyeron una casa para que una familia cuidase de la capilla a la Virgen del Valle, que fue profanada en dos ocasiones en los últimos años. En esta época de calor, el agua es un tema muy importante y ellos no tienen acceso a un servicio de agua potabilizada. A mitad de año, cansados de quedarse sin el líquido vital decidieron crear cañerías uniendo tachos de pintura desfondados para así encausar las dos vertientes con las que cuentan.
Eso no es todo, este diciembre decidieron que era hora de volver a darle vida a una construcción olvidada por los años. Se trata de una antigua pileta que funciona al mismo tiempo como reservorio y que se llena también con las vertientes. "El gobierno la hizo en 1945 para el pueblo de Retamito. Estuvo abandonada por al menos los últimos 20 años. Estaba sucia, tapada, mucha gente ni siquiera sabía de su existencia", contó a Diario La Provincia SJ una de las vecinas más activas, Silvia Gonzalez.
Está ubicada a 100 metros hacia el oeste de la escuela, tiene alrededor de 15 metros de largo y apenas un metro de profundidad por lo que ya es un lugar especial para los chicos de la zona y para los no tan chicos que quieren refrescarse. "Puede permanecer llena entrando y saliendo agua permanentemente ya que las vertientes tanto del sur como del norte están canalizadas hacia la pileta. Es una reserva de agua para el riego e incluso hacia la capilla".
El entusiasmo que tienen es muy grande y todos aportan mano de obra o materiales para poco a poco transformar ese espacio. "Este verano queremos hacer un baño y churrasqueras. Incluso un vecino ya ha donado blocks, y otros mano de obra para construirlas. La zona está llena de pimientos y algarrobos inmensos así que hay mucha sombra. Lo tenemos que transformar en un lugar lindo para los que vivimos acá y para la gente que nos visita. Va a ser algo hermoso para nuestro pueblo. Esto para mí es un orgullo porque somos la comunidad más pequeña del departamento pero trabajamos mucho", sentenció Silvia.
