Fiesta de Santa Lucía

Profesores unidos, manos a la obra: trabajan todas las noches para recaudar fondos para la Parroquia

La comunidad del colegio parroquial Santa Lucia cuenta con un rancho de comidas a metros del escenario. Allí trabajan cada noche de la fiesta patronal, los docentes de los tres niveles de la institución.
domingo, 15 de diciembre de 2019 13:12
domingo, 15 de diciembre de 2019 13:12

En su día de descanso, apostaron a trabajar para colaborar con la Parroquia de Santa Lucía. Los docentes del colegio parroquial se pusieron los delantales, buscaron los elementos de cocina y no dudaron en dedicarles las noches de la Fiesta Nacional del departamento a dar el ejemplo y encarar una movida solidaria.

Durante las tres noches que dura la festividad, los profesores de los tres niveles de la institución participan con un rancho propio en el que ofrecen diferentes variedades gastronómicas. La iniciativa nació por parte del representante legal de la institución y párroco de la iglesia, David Gómez y el guante fue rápidamente tomado por los miembros de la comunidad.

"La municipalidad da la concesión de los distintos ranchos a diferentes instituciones. Hubo una época, años anteriores, que los profes participaban con un rancho y se dejó de hacer. Ahora el Padre ofreció a los profes volver a la tradición de manejar el rancho y aceptamos", explicó la vicedirectora del nivel secundario, Mariela Echegaray.

El padre Gómez comunicó a los directivos de los tres niveles la propuesta del municipio y rápidamente se organizaron para que cada noche los tres niveles pudieran trabajar. Durante las dos primeras jornadas, viernes y sábado, los educadores se distribuyeron en turnos para prestar diferentes servicios como atención de la mesa, elaboración de las comidas, cobro de los pedidos e inspección de las condiciones de la mesa.

"Es una actividad muy linda porque hacía tiempo que los profes no experimentaban este clima de compañerismo y ayuda. Si bien requiere un trabajo enorme, es tomar el tiempo de ellos en un día de descanso, todos lo aceptaron con muy buena predisposición. Hay muchos profes con muchos años pero hay otros nuevos que lo viven por primera vez. El colegio no solo se distingue por su carácter confesional o por una educación que pretende ser de calidad sino también por estas cosas que son parte de su cultura. Nos gusta mucho que se pueda realizar esta actividad", agregó.

Quienes se acercan al rancho del colegio puede encontrar una gran variedad de propuestas para adquirir como empanadas, choripán, lomos y pizzas. Además hay bebidas de todo tipo, a buenos precios y siempre atendidos con la calidez de los profesores.

"Esta actividad es que nadie reconoce jerarquías, es un clima de camaradería, todos trabajamos a la par, todos cocinamos, servimos. Los roles están distribuidos pero todos estamos trabajando. Eso es bueno porque nos hemos cruzado con papás de alumnos, con alumnos que han venido a comprar. Es una forma de enseñar, que los chicos nos vean trabando en esto es transmitirle a ellos la importancia de la unidad y hacer el esfuerzo para su propia institución. Hay muy buen clima y lo estamos disfrutando", expresó Echegaray quien agregó que "lo más gratificante es poder servir".

"Cuando la persona experimenta la satisfacción del servicio, que aprendemos en el colegio parroquial, experimentamos satisfacción y gran gratitud. El servicio es poder hacer que el otro se sienta bien. Hay muchas formas de servir. La docencia es un servicio pero compartir la fiesta de Santa Lucía desde este lugar, también es un servicio", finalizó la vicedirectora.

 

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