En los últimos 15 días se ha dado una seguidilla de sismos sentidos en San Juan, tanto con epicentros en la provincia como los que se está registrando en Chile. Ayer, un movimiento de 6.2º puso en alerta al país trasandino y el domingo se había registrado uno de 5º, ambos en el Océano Pacífico.
"Con nuestro sistema de medición estamos haciendo un seguimiento y análisis de esta liberación de energía a pocos kilómetros de profundidad, entre 10 a 80 km, y que se trata de un reacomodamiento de las placas en un movimiento que llamamos inverso. Se ubican una sobre la otra y con ello, se modifica nuestra geografía ya que van emergiendo las montañas. Como siempre resalto, los sanjuaninos debemos estar preparados porque vivimos en una zona sísmica. No hay que asustarse sino tener un plan de acción donde esté. En escuelas y otras instituciones hay que refrescar los planes de evacuación", señaló la doctora en Geociencia e investigadora de Conicet, Patricia Alvarado.
Los registros en los puntos de medición en las zonas de La Laja, Pie de Palo, Villicum, la precordillera oriental, La Rinconada y sierras de Valle Fértil son procesados y la idea es que se mantenga un flujo de información con, por ejemplo, la Dirección de Protección Civil para conocer qué está pasando allí. "Tenemos puntos allí que tienen hasta 30 sismos diarios; son lugares muy activos pero no todos son sentidos por diferencias de cantidad de energía liberada y profundidad", acotó.
Además, dio un dato interesante: "Podemos diferenciar nuestros sismos de los chilenos en que en San Juan las placas que forman parte de la Sudamericana se insertan una bajo la otra pero en Chile, los movimientos son ondulatorios por los contactos entre placas distintas que a veces son de roce horizontal".