El último sorteo de la lotería, el 22 de junio de 1995, marcó el inicio de una nueva etapa para un querido vendedor del centro sanjuanino. Se trata de Pedro Vargas, quien lleva 58 años recorriendo las calles sanjuaninas vendiendo sus tradicionales sobres "sorpresa".
Es que en aquel momento, todavía no existían otros juegos de la suerte y por varios meses tuvo que rebuscar otras opciones de trabajo, sin embargo volvió a las calles y desde entonces nunca volvió a alejarse "del rubro".
"Cuando comencé fue en la Navidad de 1961, tenía sólo 5 años. Mi hermano vendía la lotería en la calle y aquella vez me trajo para que yo también vendiera. Me ponía en la puerta del Banco Español del Río de la Plata, que estaba frente a la Plaza 25 de Mayo. Allí me dejaba todo el día y después yo me metía al banco y cuando cerraban las puertas lo esperaba ahí. En aquellos años no había maldad", recordó Pedro a Diario La Provincia SJ.
Sin embargo, y aunque se trate de un trabajo sacrificado, para Pedro nunca fue así y su amor por las ventas lo llevó a idear una nueva forma para vender sobres, que hasta el día de hoy es un éxito entre los que pasen por el microcentro.
"La idea de los sobres salió porque antes vendían los juegos en sobres grandes y en las agencias salían como "sorpresas", pero miraba que la gente no podía guardarlos en sus bolsillos, entonces se me ocurrió doblarlos y meterlos en sobrecitos de tarjetas. Fue muy bueno porque las ventas salían más rápido", afirmó.
"He pasado muchas cosas en la calle, pero gracias a Dios todas lindas. Nunca dejé esto aunque paralelamente fui teniendo otros trabajos. Con 12 años entré a trabajar a una conocida marca de máquinas de coser pero a contra turno vendía lotería. Gracias a eso me compré mi moto y salía a pasear con las chicas", bromeó Pedro.
"Yo soy mecánico en máquinas de coser, diplomado por una gran marca. Gracias a Dios, la venta me permite mi dinero para tener, así crecí y así me acostumbré, y así vivo... siempre vuelvo a esto, he vivido toda la vida así".
Por ese camino de la vida se casó y tuvo hijos, aunque sufrió una desgracia que carga permanente. "Hace casi 8 años perdí a mi hijo mayor en un siniestro vial a los 24 años, él me acompaña todos los días en la calle, es mi ángel", dijo entre lágrimas, y agregó que "ahora tengo tres nietas que son la luz de mi vida".
"La rutina es levantarme temprano, cerca de las 6:30, afeitarme, y venir al centro, acá desayuno y ya comienzo a caminar. Camino todo el día y no me voy a casa hasta que no vendo todo, el secreto es andar".
Pero todos piensan que no es el único ya que quien lo conoce y habla de "Pedrito Vargas", como muchos lo llaman, piensan que el motor de su trabajo es también el cariño de la gente.
"Tener tanta gente que me quiere mucho es muy lindo, siento satisfacción cuando me saludan o me buscan para comprarme o solo conversar. Yo sé que me voy a morir en la calle caminando, voy a hacer esto hasta que Dios diga, no me imagino yéndome de este mundo de otra forma", aseguró.
Y con respecto "al gordo" que todos esperan con ilusión a la hora de elegir un sobre, aseguró que todavía espera vender el gran ganador, es una de sus asignaturas.
"En la lotería sí vendí el ganador, en Telekino todavía no, así que todos lo estamos esperando, mis clientes y yo.. es lo que todavía me queda por hacer. Creo que es difícil pero no me voy a rendir hasta venderlo, alguno será el afortunado", finalizó agitando sus sobres.