Historias

Isaías, el niño que luchó hasta el final por vivir e inspira a un grupo a forjar infancias felices en 25 de Mayo

Con sólo 5 años afrontó un neuroblastoma terminal y siempre con alegría e ilusión encaró una dura pelea en la que marcó a quienes lo acompañaron. Hoy, es la guía del Grupo Isa.
sábado, 26 de octubre de 2019 16:30
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Isaías Andrada era un niño feliz y absolutamente sano hasta mediados de noviembre de 2014, momento en que empezó con dolores en piernas y brazos. Luego de varios estudios descubrieron que a sus cinco años, su organismo estaba plagado de tumores. El niño nació con cáncer congénito y con el tiempo se fue ramificando en todo su cuerpito pero sin dejarse ver. A Isaías se le descubrió cuando ya tenía el 80% de sus órganos tomados, solamente tenía sanos el corazón y el cerebro.

El 19 de diciembre de aquel año fue trasladado al Hospital Garrahan en donde se lo diagnostica con un cáncer grado cuatro. "Estamos shokeados por la respuesta de los médicos porque no tiene cura. Pero nosotros vamos a pelearla hasta las últimas. Unas veces uno no toma la palabra de los médicos y se hace lo que dice el corazón para seguir adelante y verlo bien a él. Es nuestro primer hijo y nos duele mucho por todo lo que está pasando", dijo Micaela Videla a Diario La Provincia SJ, en marzo del 2015 cuando su caso se hizo público y se generaron desde distintos eventos solidarios para reunir fondos para encarar un trasplante de médula a un cumpleaños muy especial que pensarlo siquiera, iba a ser el último.

Isa y Pato, un amor más allá de todo.

Isaías falleció cuando sólo tenía 6 años, el 1 de febrero de 2016, pero marcó la vida de todos quienes conocieron su lucha por vivir e inspiró a un grupo solidario que está por demás consolidado trabajando para una comunidad del departamento 25 de Mayo: el Grupo ISA.

Gustavo Murúa, otro de los ángeles de Isa.

"Lo conocí a través de Gustavo Murúa ya que él lo ayudaba mucho y creamos un vínculo muy particular. Se dio algo tan especial que hasta jugábamos al fútbol con una pelota hecha con papel de diario en el Hospital de Niños. Era una conexión única desde el día 1. Él tenía un neuroblastoma que, cuando lo empezaron a tratar era de grado 4 y fue muy difícil revertir la situación", contó Patricia "Pato" Rossomando, quien estuvo con Isaías y su familia todo el tiempo que pudo desde que lo conoció. Ayudaba a cuidarlo en el Hospital y el niño compartía con ella desde su sentido del humor a sus sueños: quería una fiesta de cumpleaños temática.

Isa era fanático de Boca.

El pequeño iba a cumplir 6 años y esperaba ansioso poder disfrutar su gran día. "Llegó su cumple y le íbamos a hacer su fiesta. Pero desmejoró y lo tuvieron que operar de urgencia. El festejo tuvo que ser en el hospital y cuando salió, fue en un salón con una temática de disfraces que estuvo buenísima. Hubo mimo, robot y murga y mucha gente que le demostró su amor. Mucha gente lo amó hasta sin conocerlo y se prendió a ayudar donando cosas. Es uno de los recuerdos más bonitos que guardo no sólo de él sino de los años de actividad solidaria que llevo. Nunca pensamos que iba a ser su último cumple", recordó.

La esperada fiesta de cumple.

Pato y quienes entablaron ese vínculo especial con "Isa" no se movieron de su lado cuando los tiempos difíciles dijeron presente. "Afianzamos mucho más la relación porque reemplazábamos a su papá cuando no podía cuidarlo y estábamos mucho tiempo con él. La verdad, hicimos lo que pudimos desde nuestro lugar, con respeto y teniendo siempre presente el dolor de su familia. Hay recuerdos que, por eso, me guardo. Pero resalto que con él aprendí que acompañar y cuidar a niños que no la están pasando bien en el Hospital es una forma hermosa de hacer solidaridad, con todo lo que eso implica. Hay muchos lugares en los que uno puede encajar y uno de esos es el hospital", destacó.

Isa inspiró a todos al encarar con garra su lucha por vivir.

Tras la dura despedida, en la que hubo una multitud en el cortejo fúnebre y cientos de globos azules y amarillos que se soltaron al cielo homenajeando su fanatismo por Boca, Pato siguió con proyectos solidarios a los que se sumaron varias personas y así nació el Grupo ISA. 


 
"Isaías generó en mí una de esas relaciones que son las verdaderamente importantes en la vida. Cada vez que lo recuerdo se me viene una sonrisa; todo valió la pena junto a él. Aprendí de lo doloroso, de lo malo; aprendí lo que es ser resiliente", afirmó la joven que fue haciendo camino al andar hasta que conoció a los chicos y familias que iban al club Benavidez en 25 de Mayo y ahora, llevan años trabajando para sigan la escuela y aprendan desde danza a deportes, así como también vivir experiencias recreativas y educativas únicas.

"Si bien los chicos no lo conocieron a Isa saben quién fue y les cuento que cada evento que empiezo, no hay una sola vez que segundos antes de empezar no se lo dedique a él y a pensar en que me gustaría que esté físicamente con nosotros pero a la vez siempre está", reconoce emocionada. 

Ahora, Pato y Grupo ISA se dedican a pleno a terminar de darle forma y actividades a un espacio físico que tienen en 25 de Mayo en el que se busca trabajar bajo techo, resguardando a los pequeños de las contingencias de nuestro inestable tiempo. "Nos han donado tablones y banquetas y no sólo nos limitamos en darles una merienda sino queremos enseñarles un oficio. Vamos avanzando de a poco. Gracias a la donación de Carnes Calivar podemos darles almuerzo los sábados. También los llevamos a distintos lugares: por ejemplo harán una actividad en un conocido supermercado de Capital y otro día, darán un paseo en catamarán. Es decir, demostrarles que ellos tienen oportunidad de vivir y hacer lo que todos los niños hacen; que sepan que su infancia no es trabajar en la cosecha y que se esfuercen en estudiar para abrirse puertas en el futuro. Si de 10 niños, en 2 logro el cambio me sentiría satisfecha". 

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