Historias

Tuvo su cumple de 15 solidario hace dos años y hoy quiere ser abanderada: "todos mis logros son para papá"

Tamara Trigo admira con el corazón a su papá Mario que quedó en silla de ruedas por un grave accidente laboral. Él no podía hacerle su fiesta y un aviso en un portal de compra venta lo cambió todo. Gracias a una intensa movida solidaria, ella pudo tener su fiesta soñada y hoy, lucha por un forjar su futuro.
domingo, 20 de octubre de 2019 10:25
domingo, 20 de octubre de 2019 10:25

A Tamara Trigo "se le ilumina la voz" al hablar de su papá Mario. Tras un tremendo accidente laboral, quedó en silla de ruedas y con mucho problemas de salud que le jugaron muy malas pasadas y sacudieron las bases de la familia. "El siempre salió adelante y me enseña a valorar la vida. Todos los días trato de ser mejor persona por él", dice a Diario La Provincia SJ en la entrevista para recordar que hace dos años, gracias a una gran movida solidaria, ella pudo tener su cumpleaños de 15. Ese que su papá no podía pagar pero que terminó siendo una celebración de la vida de los dos.

La historia de la familia Trigo se escribe día a día con esfuerzo, trabajo y mucha fe. Mario, en 2017, hizo lo que pudo con el apoyo de su familia para que Tamara tuviera su fiesta. En ese intento, puso a la venta una silla de ruedas que ya no usaba en un portal de compra- venta y lo demás, pareció salido de una ficción con final feliz. Sin embargo, para él fue el inicio de una nueva página en su vida: una persona conoció el motivo por el que la vendía y se lo contó a Patricia "Pato" Rossomando, que se sensibilizó con el sacrificio de los Trigo que trabajan en un emprendimiento familiar haciendo pochoclos para eventos.

De ahí en más, gracias a ella se fue consiguiendo todo lo necesario para la fiesta: desde el vestido hasta el salón. Para costear los últimos gastos, una gala musical en el Café del Auditorio ayudó a cerrar los últimos detalles. El día más esperado, Tamara lució su vestido con su color preferido y a pura emoción, llegó al salón Disney. Allí la esperaba Patricia, su hada madrina y todos los que colaboraron con su fiesta. Su papá, en su silla de ruedas, cumplió la promesa de bailar con ella el vals ante la emoción de todos.

Tamara y Mario, en la inolvidable fiesta de 15.

"Mil gracias a mi ángel de Dios. No tengo palabras para tanto. Que las bendiciones sobreabunden", dijo Mario en referencia a Patricia y Tamara agregó "simplemente sin palabras por todo lo que hicieron. Gracias, gracias y gracias por hacer de este sueño, una realidad".

Y además de sentimientos a flor de piel, también hubo lugar para las sorpresas como la canción que Juan Cruz Rufino le dedicó a Tamara y la música de Alexis Blake. Una noche inolvidable en el que la solidaridad pudo más y premió años de lucha de una familia por salir adelante. 

Hoy, Tamara confiesa que todos los días se le marca una sonrisa cuando recuerda su fiesta. "Fue algo increíble, soñado. Yo siempre había deseado una fiesta de 15. Me había armado una cuenta regresiva desde muy chiquita y me acuerdo que a los 10 años, decía: "¡ya faltan 5 para mi fiesta". Era un propósito hermoso. Fue justo lo que soñaba y ese día todos fuimos muy felices y pude estar con mi papá; algo que deseaba con todo el corazón", relató.

Ella está en 5º año de la Secundaria que cursa en la escuela Isabel Gironés de Sánchez, en Chimbas. Allí va por otro sueño para dedicarle a Mario: "quiero ser abanderada. Me va muy bien en los estudios y le pongo todo el empeño. Espero poder darle esa alegría. Todos mis logros son para mi papá que me enseñó que cada día hay que ser feliz con lo que uno tiene; sea poco o nada. Hay que buscar siempre la felicidad".

Tamara y Mario, hoy: siempre juntos, celebrando la vida.

A la par, colabora con las tareas de su casa, sobre todo cocinar, y también con el emprendimiento familiar. "Ayudo a embolsar los pochoclos, atarlos y a veces a llevarlos a algún lugar. Pero más que nada me piden que estudie. Llevo una vida tranquila y me gusta estar en mi casa", señala.

Entusiasmada por estar cerca de egresar y pensando con sus compañeros en hacer su campera; también decidió qué quiere estudiar más adelante. "Elegí Trabajo Social porque me han marcado muchas personas que, como Pato Rossomando, dan todo para ayudar a las personas que más lo necesitan. A mí me encantan los niños y quiero hacer algo por ellos desde mi profesión. Hay chicos que atraviesan situaciones de vulnerabilidad y están descalzos o no van a la escuela. Ojalá pueda ayudarlos mucho", sentenció.

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