Pablo Galoviche es un joven corredor de motos, que desde chico sabe enfrentar las adversidades de la vida. Su afán por los fierros y su fuerza de voluntad, demuestran en cada carrera que no se deja vencer muy fácil.
"Desde chico siempre practiqué deportes. Nací en el Barrio Illia donde también vivían Gonzalo Telechea, Mauro Berrocá, Sebastián Galoviche, mi primo, y Carlos Comastri. Comenzamos con las bicis, para reyes magos nos compraron bicis a todos y ahí fuimos iniciándonos en el ciclismo", contó a Diario La Provincia Pablo Galoviche, recordando sus comienzos en el deporte.
Con una familia que lo apoyó siempre y amigos deportistas de renombre en San Juan, Pablo siempre llevó en su sangre la pasión y adrenalina arriba de las bicicletas, que con el tiempo se convirtieron en motos.
"Me acuerdo que a la semana de todo eso corrí un campeonato sanjuanino y a los días uno cuyano. Siempre tuve la suerte que mis viejos me acompañaron muchísimo", recordó el joven. Pero la vida tenía preparados otros planes para él, y golpes también.
"Cuando tenía 15 años falleció mi vieja y hace tres años atrás mi papá. De ella recuerdo que me enseñó a memorizar todos los circuitos en los que iba a correr. Siempre se iban de viaje conmigo a las carreras, mi relación con ellos siempre fue excelente. Siempre antes de empezar una carrera pienso en ellos y antes de tomar cualquier decisión en la vida también, ellos siguen conmigo".
Pablo, un corredor innato en deportes que le implican recorrer las rutas sanjuaninas y argentinas, cree que "sin el deporte no tiene vida".
"Por un tiempo me alejé de practicar cuando ingresé a la facultad, y luego me orienté más a los fierros. Necesitaba volver a hacer deportes, a practicarlos y a competirlos porque es eso lo que me gusta, me propongo muchos desafíos y me gusta cumplirlos".
"En relación a mi vida mi sueño es casarme y formar un hogar, de eso estoy cerca porque me caso en noviembre", bromeó Galoviche y agregó que en cuestiones del deporte "mi sueño es correr el Dakar sin asistencia en categoría "malle moto", donde no tengo asistencia, todos los arreglos los hace el piloto. Eso para 2020", contó ilusionado el joven.
Un golpe que puso en peligro su vida
En 2017, Pablo corrió por primera vez el Desafío Ruta 40, en categoría MOTOS. Con la ilusión intacta de ser su primera carrera importante por Argentina en ese rodado, corría la tercera etapa en Catamarca cuando su moto se prendió fuego, quemándose por completo.
"Era una fecha mundial de Rally y un desafío muy importante. Cuando vi como terminó la moto pensé que no iba a poder volver a correr", recordó Pablo.
Este año, no dejó que la tragedia de su rodado lo dejara atrás. Volvió a correr dicho desafío y pudo culminarlo en su provincia, fue su gran revancha.