Dolor

Padre de Maira Godoy: "Me da tristeza hasta darle la mamadera a mi nieta"

A tres meses de la muerte de la joven de 22 años, su familia lucha por que se haga justicia.
sábado, 15 de septiembre de 2018 21:58
sábado, 15 de septiembre de 2018 21:58

El 15 de junio, la familia Godoy enfrentaba uno de sus peores momentos. Cuatro horas después de dar a luz, Maira, de tan solo 22 años, falleció víctima de una hemorragia.

Desde ese entonces, su familia entró en litigio con el doctor que la recibió en la guardia por presunta mala praxis. "Hasta el momento sé que llamaron a declarar a una chica que estuvo internada el mismo día que mi Maira", contó Dante Godoy, padre de la joven, a Diario La Provincia. 

A tres meses de la dolorosa partida, la causa sigue avanzando. "El pasado lunes me junté con la doctora Regio porque quería saber cómo iba la causa. Me dijo que citaron y declararon la mayoría de los testigos. En ese momento faltaba Hugo Galante, que es el médico que estaba de guardia cuando recibieron a Maira, estuvo hasta el viernes a las 8.00 de la mañana. Todo pasó entre las 9.00 y las 10.00 pero él había sido el de la guardia anterior", agregó el papá. 

Por más que pasen los días, el recuerdo de esa mañana sigue vívido en su memoria. "Ha pasado mucho tiempo, yo tendría que saber más cosas de las que sé. Me adelantaron que en los resultados de la autopsia la causa de muerte había sido una hemorragia interna. Les dije que me estaban contando el final, pero no el por qué. Por qué sucedió, por qué no lo frenaron. A las 9.00 recibió el primer infarto, después otro a las 10.30. Alrededor de las 11.00 u 11.15 la veo cuando la pasaban por el pasillo al quirófano. Le toqué la frente y mi hija ya no iba respirando, pero es mi palabra contra la de ellos. Es muy difícil que yo gane esto", se lamentó.

El primero de septiembre, bautizaron a Nahomi, la pequeña hija de Maira. "Fue una alegría por un lado y dolor por el otro. Es muy difícil seguir viviendo así. Me cuesta hasta darle la leche. Le hago un cariño, me acuerdo de mi hija, me empiezo a quebrar, y no puedo permitirme transmitirle ese dolor a la bebé. Es todo cuesta arriba. Cuando estoy solo me quiebro", sentenció Dante.

El caso
El padre de la chica relató que a su hija la ingresaron al hospital el miércoles porque tenía fuertes dolores de parto, contracciones, y pese a esto no tenía dilatación. Cuando ingresó al hospital, tenía 40 semanas de embarazo y la hicieron esperar tres días para dar a luz. 

"No nos daban explicaciones hasta el jueves que empezó con más dolores y no venía la dilatación", relató con gran dolor Dante en radio AM1020. Luego señaló que los médicos ese día le propusieron colocarle una inyección para calmarla y enviarla a casa pero ellos se negaron porque era solo un calmante no la solución al problema. 

"No queríamos porque al ser un calmante podía pasarle algo en casa", agregó. Las horas internada allí fueron muy duras, con dolores que la chica manifestaba y hacían ese momento poco grato. El viernes la mamá de Maira le imploró a un ginecólogo que la ayudara y ahí fue cuando él le hizo tacto. 

"Mi esposa se prendió del brazo y le dijo que mi hija no aguantaba del dolor. El médico con los dedos le sacó el tapon mocoso y tenía 5 de dilatación... luego 3 veces la subieron y bajaron. El viernes a las 7 de la mañana la subieron a la sala de parto. A las 7.30 nació la bebé y a las 8 cuando la revisaron nos dijeron que Maira había tenido familia, que estaba bien y el bebé también. Con alegría esperábamos conocerla", señaló.

Sin embargo el infierno comenzó en ese momento. Es que a las hora y media les comunicaron que Maira había sufrido un preinfarto y a las 11 los padres buscaron que alguien le diera información pero no tenían éxito. Una enfermera les dijo que la iban a meter al quirófano y no supieron más nada de ella.

"Quería saber cómo estaba mi hija y subía al tercer piso y le mentí al guardia para poder pasar. Le dije que me habían mandado a llamar y me dejó entrar. Ahí vi a mi hija con mangueras en la boca, con sangre en la nariz, con mucha sangre en el cuerpo, en el oído. Iba con cuatro médicos al quirófano y me dijeron que la iban a operar. Le dio una hemorragia y no sabían de qué era", recordó sin poder aguantar las lágrimas y con la voz muy entrecortada por la escena que le quedó grabada en la retina.

A las 13.15, llamaron a los padres de Maira y a su pareja y finalmente le dijeron que había muerto desangrada. Fueron 25 minutos después de que él la viera con sangre en su cuerpo.

"Le pido a dios que me de fuerza. Se fue en sangre. Dios dame fuerza porque si mi hija vino sana, yo la veo ahí, veníamos con todos los controles en la mano, con sellos de la doctora, ecografía. Mi hija venía sana sin problemas de presión. Mi hija no murió, a mi hija me la mataron. Mi hija se desgarró y eso hizo que le viniera la hemorragia hepática".

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