Cada vez más sanjuaninos están eligiendo animales no domésticos para tener en casa y entre estos, los que generan más demanda son las aves. El hecho se ve reflejado en las actas de infracción que emite la Secretaría de Ambiente y que ahora motiva una investigación en las redes sociales para determinar por donde se da la venta.
"Tenemos más actas de infracción por caza de aves que de cualquier otro animal. El 70% de las actas son por atrapar aves", señaló el director de Conservación y Áreas Protegidas de la Secretaría de Ambiente de San Juan, Dardo Recabarren, a Diario La Provincia.
Entre las aves que son atrapadas en distintos puntos de San Juan para su posterior venta se encuentran el pájaro lama, el vira vira, reina mora, benteveos, jilgueros y catas, entre otros. En San Juan la caza está prohibida por el Código de Faltas y la Ley 606-L, considerando a la misma como un delito. La normativa vigente establece que será reprimido con prisión de dos meses a dos años, el que cazare animales de la fauna silvestre cuya captura o comercialización estén prohibidas o vedadas por la autoridad jurisdiccional de aplicación.
Pese a esto, el secuestro de aves que han sido cazadas y que luego entran en el circuito comercial va en ascenso y por eso es que la Dirección de Conservación inició una investigación para determinar cómo es ese manejo comercial. "Estamos estudiando cómo es todo el circuito para ver cómo llegan a la venta. Para ello estamos investigando en las redes sociales, tratando de identificar a la gente que está detrás de esto", señaló Recabarren quien indicó que el trabajo se está realizando de mano de la justicia de falta.
El funcionario luego destacó que la caza de aves y pájaros producen un gran daño ambiental, ya que son las encargadas de controlar las poblaciones de insectos que dañan cultivos, jardines y bosques. Así mismo dispersan semillas de plantas, contribuyendo de esta forma a conservar los distintos ecosistemas y regenerar espacios degradados. Además forman parte de la dieta de otras especies, algunas de las cuales se encuentran en peligro de extinción.
"No se por qué la gente tiene la locura de las aves. El hecho de tener un ave encerrada, hacer pelear a aves es una locura", finalizó Recabarren.
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