El 26 de noviembre de 2017, un camionero que manejaba borracho destrozó a una familia sanjuanina cuando se cruzó de carril y embistió a Daniel Torres. Tenía 38 años, y estaba a media cuadra de su trabajo cuando sufrió el impacto.
Tras soportar una cirugía en coma inducido y luchar por 10 días, finalmente falleció. "Se están por cumplir casi 8 meses de su muerte y este hombre todavía anda suelto. Cuando compartí mi angustia en mi Facebook una señora comentó que este señor había tenido otro accidente, también alcoholizado y por la misma zona. El tipo sigue cometiendo errores, matando gente como si fueran perros", contó a Diario La Provincia su viuda, Araceli Naveda.
Según cuenta la mujer, el camionero circulaba sin seguro, sin RTO y en estado de ebriedad (el resultado del dosaje fue de 1,8). "Ayer veo que ya metieron preso al policía que atropelló el mes pasado. Me parece espectacular pero también me hace pensar si es que tengo que ser policía, empleado judicial, tener plata o contactos para hacer justicia. Con mi caso estoy hace ocho meses y todo duerme en el 2do Juzgado Correccional", agregó.
Tras ser atropellarlo, Daniel estaba conciente, dio todos sus datos y le pidió a una vecina que contactara a su esposa, incluso solicitó que llamaran a la empresa para avisar que llegaría tarde a trabajar. Cuando el camionero se bajó, en su desesperación comenzó a hacerle masajes en el pecho y al tener seis costillas rotas lo único que logró fue perforar sus órganos.
"El tipo lo llevó por delante y lo terminó de matar en el piso cuando se hizo el médico. Le empezó a hacer masajes en las costillas y le perforó todo. Si se hubiese quedado en el camión o se hubiese fugado, mi esposo estaría con nosotros. Con 2% de alcohol en sangre no podía ni estar parado. Tiene que estar preso", reflexionó desde el dolor.
Daniel, tenía 2 hijos junto a Araceli, una pequeña de 10 y un varoncito de 6. "Tanto yo como mis hijos estamos con tratamiento psicológico. Este tipo anda con la cabeza en alto disfrutando de su familia y nosotros no. Sus hijos lo van a poder ir a visitar a la cárcel, pero mis hijos cuando extrañan a su padre les tengo que poner un audio o mostrarles una foto. Tengo 34 años y estuve 22 con él, toda la vida. Era un papá muy presente, que los llevaba a todos lados, era muy buen padre y marido. Fue toda una vida juntos y necesito que se haga justicia porque estoy viva sin vida, solo sigo aquí para sostener a mis hijos", sentenció Araceli.
