La semana pasada, se llevó a cabo el tan polémico "no casamiento" en San Juan, que constó de una celebración de boda en donde una pareja simuló casarse para llevar a cabo una gran fiesta.
"Espectacular", así fue catalogada por los 300 invitados que asistieron a ella, vestidos de gala. La noche se desarrolló perfectamente y quedó en la memoria de todos. Pero hubo algo más que también fue espectacular, se trata de la relación atípica de los novios que la protagonizaron.
Él se llama Fernando Berardi y tiene 24 años, estudia Ingeniería Civil, su hermano pertenece al grupo que se encargó de organizar la fiesta. Fue elegido como "el ideal" para representar al novio de la "no boda", que conoció a una mujer con la que se llevan más de 20 años, Mónica Mallea, y con la que se casó por conveniencia. El protagonizó a un taxista que conoció a Monica, quien fue su pasajera, durante un viaje.
"La verdad es que no nos conocíamos, a Moni me la presentaron una semana antes del casamiento, cuando grabábamos un video para el casamiento. En el ensayo pegamos muy buena onda, Moni es muy simpática y divertida, una genia", contó Fernando a Diario La Provincia.
Por otro lado, Mónica agregó que "la hija de mi mejor amiga me propuso esta divertida modalidad de divertirse, sabiendo que por mi forma de ser iba a aceptar. Se organizaron, me explicaron cómo se iba a llevar a cabo y yo sólo acepté y me adapté a lo que iban a hacer".
Según confesó el joven, durante la noche del casamiento se llevaron muy bien y todo salió perfecto. "Ella se quedó bailando gran parte de la noche, no se le notaba la edad, lo dio todo. A mi me divirtió mucho, cuando ingresó "Mirta", que era su nombre ficticio, todos los chicos estaban como locos esperando la escena del beso. Si bien puede sonar algo "bizarro" o fuera de lugar, todo fue muy sano, todos la pasamos muy bien, incluyendo Moni".
Mónica es amiga de la madre de una de las organizadoras del evento, a quien consultaron si le gustaría actuar de novia. Sin ningún tipo de prejuicios aceptó y se lució en la gran fiesta. Ante la presencia y euforia de los invitados, los novios hicieron todo lo que hace una pareja verdadera. ¿Beso también?, eso no lo quisieron explicitar.
"Si bien tuve que fingir estar enamorado, los sentimientos son muy diferentes. Nadie te prepara para un casamiento de verdad", contó Fernando dejando en claro que para él, éste no fue un ensayo para su posible futura boda real.
"Me sentí muy cómoda haciéndolo, a pesar de ciertos prejuicios que uno tiene como adulto. Sentí pudor en algunos momentos, porque la verdad es que desde lo ficticio todo bien, pero Fer es muy joven y tuve cierto temor con respecto a la opinión de los jóvenes. Pero ellos demostraron mucho respeto, muy buena onda y una capacidad enorme para divertirse, sin caer en comentarios absurdos o cualquier otra actitud que pudiera ofender", finalizó Mónica.
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