Historia

A 41 años del terremoto del 77, un matrimonio recordó lo que vivieron durante la catástrofe

Se trata de Ana y Hugo que en aquel momento se encontraban en lugares diferentes y vivieron difíciles situaciones.
viernes, 23 de noviembre de 2018 15:47
viernes, 23 de noviembre de 2018 15:47

Como cada 23 de noviembre, San Juan se estremece recordando una de las tragedias naturales más significativas que marcó su historia. Hace 41 años, en 1977 un fuerte terremoto de 7.4 grados con epicentro en Caucete y a tan solo 17 km de profundidad hizo saltar el suelo sanjuanino.

Por aquel entonces, Hugo un obrero de la Dirección de Hidráulica recién había salido de su hogar, poco después de las seis de la mañana, para ir a trabajar, cuando el terremoto lo sorprendió. 

"Mi esposa y mis dos hijas se quedaron durmiendo en la casa, recién empezaba a amanecer y con mis compañeros íbamos en el camión que nos pasaba a buscar para llevarnos a trabajar a las cuadrillas, en ese momento y en medio de la calle vacía frenamos en un cruce y el camión se empezó a mover. El chofer nos dijo que dejáramos de saltar y cuando le dijimos que estaba temblando, se asustó tanto que saltó del camión y salió corriendo por el medio de la calle, nosotros quedamos solos con el camión en marcha", recordó Hugo Muñoz, sobreviviente a Diario La Provincia.

Sus ojos verdes y brillantes todavía guardan el recuerdo de haber visto desmoronarse una casa enfrente de él, al momento del movimiento sísmico.

"Recuerdo que estábamos en el camión en calles Tucumán y Rodríguez, yo miré una casa que al parecer estaba recién construida y con el movimiento crujió fuertemente y se partió al medio. Nunca había visto nada igual, el ruido fue estremecedor", dijo Hugo.

Al mismo momento, Ana su esposa se encontraba en la casa con sus pequeñas hijas de 3 y 4 años, cuando el temblor hizo que saltara de la cama. "Recuerdo que estaba dormida y comencé a sentir un bramido, miré por la ventana y vi que la higuera se movía, pensé que llegaba un fuerte viento zonda y me levanté a cerrar la ventana, en ese momento me di cuenta que el piso saltaba", relató Ana Núñez, con profunda emoción.

Tomó a sus hijas en brazos y por unos segundos sufrió pánico al no poder abrir la puerta de la casa. Al salir una de sus hijas tomó rumbo hacía la calle y casi fue golpeada por cables con electricidad. "Dejé a mi hija más chica con la vecina con quien nos comunicábamos por el fondo, fui a buscar a la más grande y cuando regresé, la pared de adobe que funcionaba como medianera ya no estaba".

Por su parte y por disposición de Hidráulica, Hugo volvió a su casa y se quedó con su familia hasta el otro día, cuando comenzó la misión de reparación de canales de San Juan y establecimientos públicos. "Llegamos hasta Angaco Norte y dejamos nuestras herramientas a un costado, no podíamos creer lo que veníamos, el pavimento totalmente dividido en dos. Habían grietas enormes", dijo el hombre.

Y agregó que "teníamos una máquina hormigonera y empezamos a sentir que un hombre gritaba y lloraba, vimos que de una de las grietas comenzó a salir agua caliente con arena y tapaba por completo la máquina, nosotros seguíamos paralizados".

Ana, recordó que por mucho tiempo las réplicas hacían estremecer las tapas de las ollas y los adornos de la casa, sonido que hasta el día de hoy le deja "la piel de gallina". "No queríamos entrar a la casa, por muchas noches nos daban ganas de dormir bajo la higuera que me avisó que estaba temblando", finalizó. 

 

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