Tras épocas de mucho dolor y violencia, poco a poco dieron vuelta la página y salieron adelante para tener una mejor vida junto a sus hijos. Se trata de 15 mujeres de Rivadavia y de Santa Lucía que, asistidas por la Fundación AAMAR, generaron sus propios emprendimientos para dejar atrás relaciones enfermizas en las que, en muchas ocasiones, estuvieron sometidas por violencia económica además de la física.
"En los casos de víctimas de violencia pudimos cambiar la calidad de vida de 15 mujeres con sus emprendimientos. Se dedican a la panificación y elaboración de pizzas, pan y pastafrolas; en textil realizan toallas personales y para estéticas. También hace sabanitas para bebés. Y también apuestan por la artesanías en cerámica. Esto se suma a la creación de dos talleres comunitarios en Santa lucia y otro en Rivadavia", detalló Alejandra Rossomando, desde la Fundación, a Diario La Provincia.
"Hablamos de emprendimientos porque cuesta la salida laboral por falta de demanda por la crisis económica. Motivamos a estas familias a salir adelante, dándoles esperanzas. Además, las incentivamos a trabajar para que no estén esperanzadas en un plan social. Algunas tuvieron un plan social casi toda la vida y de repente, se les dio de baja. Entonces, no saben qué hacer ni tampoco tienen algún oficio para trabajar.", agregó.
Entre las mujeres asistidas, la edad promedio va de los 26 a los 34 años, pero también hay un rango entre 44 a 50 años. "Ellas están solas, sin trabajo y con hijas y nietas a cargo. En muchos casos, además, no tienen estudio", agregó Alejandra.
"Son discriminadas porque no son útiles en el ámbito laboral en esas condiciones, Sufren violencia social. Tenemos mujeres de 40 años que sacrificaron su futuro para cuidar de su familias y de repente, están separadas con hijos, sin profesion y no pueden acceder a ningún trabajo ni tampoco algún circulo social. En ellas, nos enfocamos", remarcó.
Otras gestiones
En particular, en Santa Lucía, la Fundación realiza abordajes que constan de asesoramiento gratuito en gestión de jubilaciones, a mujeres que no pueden aún acceder a divorcios, tras separaciones conflictivas y a mamás con hijos discapacitados. En este último caso, se articulan trabajos con la Dirección Provincial de Discapacidad.
Además, se otorgan módulos de mercaderías a familias que no pudieron obtenerlos al gestionarlos en otras áreas ya sea municipales o provinciales.
"En nuestros abordajes encontramos familias sin el carnet de vacunación completo, por eso hacemos nuestra campaña junto a la asociación civil Prevenir para que accedan al servicio de salud pública. Esta misma campaña también la llevaremos a Capital ya que hay mucha falta de compromiso social en la prevención a través de la vacunación en las zonas céntricas de nuestra provincia", dijo Alejandra.