Diariamente hay decenas de historias de animales rescatados, pero el cariño que demuestran después nunca deja de ser noticia. Negrita era una perra callejera a la que hace tres meses le cambió la vida. Es que un auto la atropelló justo frente a la estación de servicio ubicada en la intersección de calles Urquiza y República del Líbano.
Los playeros que estaban de turno ese día no dudaron en ayudarla, y al ver que se le había quebrado una pata improvisaron un entablillado. "No la llevamos al veterinario porque ya habíamos tenido una mala experiencia con otro perro el año pasado. Así que nos encargamos nosotros, y creo que quedó bastante bien", contó a Diario La Provincia Eduardo, uno de los rescatistas, mientras la perra daba vueltas a su alrededor.
Desde que llegó se compró el cariño de todos con su personalidad. "La cuidamos entre todos. Ahora está las 24 horas acá y le damos de comer también con la ayuda de la gente de la panadería de al lado y de la rotisería de enfrente que siempre le acercan las sobras. Es que es una perra muy cariñosa", agregó el playero.
En la estación tiene un lugar de privilegio, con una cucha armada al lado del calefactor junto con su plato de comida y de agua. "La cuidamos como a una hija, y ella también nos cuida a nosotros, nos acompaña todas las noches. Además, ya la llevamos a castrar y nos aseguramos de que ningún perro se le acerque", sentenció Eduardo.
Una historia de rescate, amor e incondicionalidad que involucró a toda la comunidad de la zona quienes reciben su pizca de cariño cada vez que van en busca de combustible.