jueves, 14 de abril de 2016
08:26
Su nombre es Lucas y tiene 8 años. Hace unos días fue a festejar el cumpleaños de un amiguito y terminó de la peor manera: golpeado por sus compañeritos lo que lo llevó a quedar internado tres días en el Cimyn.
Según narró su mamá, Fabiana Acosta, el niño estaba en la casa de un compañerito y la mamá de uno de ellos la llamó para decirle que "se había peleado con otros, que estaba muy nervioso" y le pidió que lo pasara a buscar. "Efectivamente estaba nervioso y no lo podía tocar en ninguna parte del cuerpo. Cinco compañeritos lo habían golpeado a patadas, piñas y hasta le dieron un mordiscón en el cuero cabelludo. Lo hice ver y quedó hospitalizado tres días. Gracias a Dios no había daño interno", contó la mujer en Radio Sarmiento.
Al niño le hicieron los estudios necesarios para saber si no había daño en algún órgano pero no tenía nada y desde el día de la agresión está con analgésicos, en reposo en su casa.
Según señaló la madre de Lucas, la golpiza vino después de mucho tiempo de persecusión infantil, de sus amigos, porque "tiene un físico grandote". "Lo venían acosando. En el colegio están al tanto del tema, el año pasado se ocuparon y pero esto no sucedió dentro del colegio. Este caso sucedió en un domicilio", agregó la madre subrayando que "la responsabilidad es de los padres".
"Le dejemos echar la culpa al otro sino que nos ocupemos de la responsabilidad que tenemos todos. Todos tenemos que tomar parte de esto, es un problema social, estamos creando una generación violenta, parece que todo está normal y nadie va a hacer nada. La familia son los primeros responsables del tema. Para festejar un cumpleaños hay que tener la suficiente capacidad para controlar y más si es un varón", subrayó.
La mujer subrayó que "la primera responsabilidad es la de los mayores que estaban en el lugar" y destacó que los padres de los niños agresivos la han llamado pero ella no quiso atender. "Como estaba tan preocupada por la salud de mi hijo iba a ser muy mal educada porque iba a dejar salir mi instinto maternal", agregó.
Tras el hecho violento, Fabiana decidió cambiar al niño de la escuela a la que iba, Pérez Hernández, para que no siguiera viendo a ese grupo de chicos. "Lo hago por una cuestión social, él no quiere estar con esos niños. Es una responsabilidad de todos, y la primera es la mía por eso voy a buscar los medios para que esto no pase, que tome conciencia", finalizó la madre subrayando que "esto pasa en cualquier lugar no solo en la escuela, también ocurre en los clubes, en los estudios de danza".
