Cintia Oliva ingresó ayer al Hospital Rawson con trabajo de parto, sin embargo pensó que podía soportar las suficientes horas para pasar las primeras horas del Año Nuevo con su familia y le pidió a la doctora que le diera el alta. Así fue como en la siesta se tomó un colectivo y se fue a Rawson, al barrio Ansilta, donde su familia preparaba los festejos.
Unas pocas horas pasaron hasta que él anunció su llegada. "Me fui a mi casa para pasar las fiestas con mi familia y cuando empecé a hacer cosas me llegaron las contracciones entre las 20 y las 22. Como a las 23 ya no podía más y fueron a buscar ayuda a la Subcomisaría Ansilta para que me pudieran trasladar al hospital", contó la joven madre de 20 años que ya tiene dos niños, Giselle de 4 años y Marco de 2 años.
Cuando llegó el personal policial a la casa se dieron cuenta que tenía un avanzado estado de trabajo de parto pero consideraron que le daba tiempo para llegar al nosocomio. Entonces la subieron al vehículo y, trabajo de respiración de por medio, la llevaron hasta el hospital. "Ya no aguantaba más. En mi casa estaban todos nerviosos. No sabían qué hacer. Fue muy doloroso, nunca me había pasado y cuando llegué ya se estaba asomando la cabecita", agregó la chica quien confesó que una vez en aquel lugar, los médicos la recibieron y dio a luz.
Cuando el reloj marcó las 00.33, Edgard Yamil llegó al mundo con un peso de 3,550 kg. "Lo bueno es que vino sanito", finalizó Cintia quien destacó que el nombre se lo puso el padre Cristian José Castro y están felices.
Galería de fotos
