Se llama Enrique Cuello, tiene 64 años y esta mañana a primera hora una camioneta de Desarrollo Humano lo buscó para llevarlo al Hogar de Anciano. Su situación es delicada y triste. No tiene familia y los únicos "seres queridos" a los que se aferró en los últimos años fueron dos perros callejeros que le brindaron afecto y calor.
Ahora esos dos animalitos quedaron solos en el espacio donde vivían y el hombre sufrió con lágrimas el despego de sus mascotas. "Nos aseguran que los perritos están bien pero Enrique los amaba", señaló una vecina del espacio donde vivía, en un terreno que queda en avenida Rawson y San Luis.
Enrique es epiléptico y hace unos días sufrió un ataque que le provocó una quebradura en el brazo y corte en su cara. En el lugar donde estaba no tenía baño ni luz ni agua pero siempre se aferró al amor de sus animales, una perra viajita y otro más jóven, para estar bien.