viernes, 12 de junio de 2015
08:00
Tiene apenas 15 años y toda una vida por delante. Está afrontando una enfermedad que no se detiene y su tratamiento debe ser urgente. Por ello con su familia viajó a Buenos Aires para ser tratado en el Garrahan pero su madre asegura que no lo quisieron recibir.
Pablo Balmaceda es un adolescente que llevaba una vida normal hasta febrero de este año cuando varios ganglios en el cuerpo advirtieron lo peor: linfoma de Hodgkin o más conocido como cáncer en los ganglios linfáticos. Jugaba al fútbol, iba a empezar cuarto año en la escuela Mosconi y disfrutaba pasar el tiempo con sus tres hermanos menores y su hermana mayor.
"Es demasiado positivo él, me dice 'no te preocupes mamá que yo estoy sano'. Llevaba una vida normal y ahora por miedo a que se agarre una enfermedad vive encerrado", contó a Diario La Provincia Claudia Calderón, mamá del adolescente que por estas horas está en Buenos Aires esperando ser recibido en el Garrahan para poder superar la enfermedad que ya le generó ganglios en el cuello, en la axila, en la ingle, en uno de los pulmones y en el estómago.
"Lo trajimos a Buenos Aires por una mejor atención. Tuvimos un problema con los médicos que lo atendían en el Hospital Rawson en la parte de Oncología, tuvieron un desacuerdo y fallaron en la salud de mi hijo. En un principio le colocaron un medicamento que no correspondía y después no le colocaron una vacuna estimulante que se pone en los últimos días de quimioterapia para que no les baje las defensas. Pero ellos se olvidaron y al segundo día que terminó la quimioterapia le bajaron las defensas y estuvo once días internado. Se encubó un virus hospitalario que nunca detectaron cual era. Siguió con el tratamiento en casa 21 días más y decidimos traerlo a Buenos Aires para mejor su atención. Veníamos con la esperanza de que lo atendieran en el Garrahan, por una derivación del médico pero llevamos dos semanas y en ningún hospital público lo quieren atender", explicó Claudia quien tiene Obra Social Provincia y por ahora le cubre lo que ellos piden.
En el Hospital Rawson, Pablo estuvo del 6 de mayo al 17 de ese mes y desde el lunes de la semana pasada están en Buenos Aires. "Ningún hospital lo quieren atender. En el Garrahan nos dijeron al principio que el protocolo de Buenos Aires no es el mismo que de San Juan. La doctora de San Juan señaló por escrito que el protocolo es el mismo y en el hospital Gutierrez tampoco lo atendieron y nos dijeron que tenemos que volver a San Juan", agregó.
"La enfermedad de él está avanzando y estaba siendo tratada desde un principio. Él entraría en un segundo ciclo. Supuestamente el tratamiento dura de seis meses a un año pero ya hace dos meses que está sin quimioterapia y necesitamos seguir urgente con ésta", indicó.
La madre de Pablo explicó que desde el Hospital Garrahan les pidieron los papales que certificaran el estado de salud del niño y después de que hablaron con los oncólogos le informaron nuevamente la negativa. "Nos dijeron que el protocolo no era el problema, que no tenía nada que ver, que si íbamos con la recomendación de alguien nos iban a atender", sentenció.
En San Juan tuvieron el contacto telefónico con varios sectores. E incluso Sotomayor desde Gobierno les ofreció ayudarlos pero no tuvieron novedad. También se comunicaron con la cartera de Salud Pública de Buenos Aires y también les pidieron los papeles pero luego les llamaron para decirles que no lo pueden atender.
"Siento demasiada bronca, no pueden jugar con la salud de un niño. Tiene 15 años y usted sabe todo lo que tiene él por delante. No puede ser, ¿que tiene que ver la política con la salud de mi hijo?. Esta espera me tiene cansada y ya hablé con mi marido para volver a San Juan porque no puedo estar rogando", finalizó.
Pablo Balmaceda tiene 15 años y su hermana mayor, 19 años. Luego tiene otros tres hermanos varones de 13 , 8 y 7 años. Su mamá, Claudia, es ama de casa y su papá retirado de la policía.