Creencia

Santa Lucía: revuelo en un barrio por la presencia de un cura que aseguró ser sanador

El cura brindó una ceremonia religiosa y luego hizo imposición de manos provocando la "convulsión" en muchos de los presentes. Algunas de las personas cayeron al piso y hasta hubo una joven que debió ser "liberada".
domingo, 10 de mayo de 2015 00:00
domingo, 10 de mayo de 2015 00:00

La ceremonia religiosa no dista mucho de cualquiera que tiene origen Católico Apostólico Romano. Sin embargo asegura que no pertenece a esta línea religiosa y cuando da la última bendición advierte que se viene la etapa de sanación. Nadie se mueve de sus lugares y empiezan las palabras de invocación e imposición de manos. El revuelo se apodera de muchos de los presentes a través de las lágrimas y algunos gritos que se escuchan en el lugar. 

Su nombre es Miguel Ángel Santurio, le dicen Padre y está recorriendo los departamentos de San Juan. Este sábado a la tarde llegó hasta el barrio Alberdi de Santa Lucía bajo la esperanza de curar las dolencias y enfermedades de la gente que se acercara a él. Incluso al final del recorrido entre la gente, repartió una "oración de sanación del cáncer" en la que se explica también la solución natural a este mal de salud.

Miguél Ángel durante su ceremonia lució una sotana blanca con un cordero bordado en su pecho, además tenía una enorme cruz de oro. Si bien aseguró ser un cura católico apostólico ortodoxo, bajo la sotana llevaba un cuello clerical romano que lució una vez que terminó la jornada.

Durante su paso, la gente se desesperaba por recibir su bendición. Se organizaron en fila y lo esperaron con botellas con aguas e incluso acercaron saleros y envases de aceite que él bendijo cuando se acercó a ellos. Al momento de la imposición de las manos surgieron situaciones que asombraron a todos los presentes. Es que muchos de ellos cuando Miguel Ángel puso sus manos, cayeron de espalda "como una tabla" y él pidió que se los deje "descansar" hasta que pudieran recuperarse.

Hay quienes al ver esto, tuvo mayor ansiedad por recibir su bendición, otros sintieron miedo de ser tocados y otros se animaron a decir que quienes se "desmayaron" eran personas que habían sido pagadas para actuar de esta forma. Lo cierto es que la imagen generó sentimientos encontrados en muchos de los presentes.

Un caso de todos estos fue el que realmente sorprendió. Una joven de 30 años al momento de recibir la imposición de las manos, cayó desplomada al suelo. El padre pidió que la dejaran unos minutos tranquila y en ese momento empezó a tiritar en el piso como si tuviera una convulsión. Luego se levantó de golpe y empezó a gritar. El cura le puso las manos y volvió a caer al piso pidiendo encontrarse con su hermano más chico. En ese momento, una mujer que iba con ella dijo a los presentes que ese hermano había muerto hacía poco tiempo en un accidente de tránsito. 

"Creo que tendré que hacer una liberación", dijo Miguel Ángel ante el asombro de muchos de los presentes que empezaron a cuchichear que la chica estaba poseída. Al terminar la imposición, la chica se levantó tranquila, tomó agua y siguió su camino abrazada a la mujer que la acompañaba.

 

¿Un cura sanador?
Según publicó MDZol, el Padre Santurio es uruguayo y llegó a San Luis en 1987. Entre 1991 y 2004 ejerció en tres parroquias (1991-1992, San Francisco del Monte de Oro; 1993-2000, Fátima de Juana Koslay; y 2000-2004, Inmaculado Corazón de María). Sin embargo, su figura empezó a cobrar notoriedad a partir de 2000, año en que se hizo cargo de la parroquia que está ubicada en el barrio San Martín de la vecina provincia. Allí -según informó El Diario de República- realizaba misas populares de "liberación y sanación" a las que concurrían miles de fieles que atestiguaban haber recibido "curaciones milagrosas".
 
Consultado en más de una oportunidad sobre sus dotes milagrosas, Santurio repetía: "Yo no curo a nadie ni tengo poderes. Lo que yo hago, es orar por los enfermos e imponer las manos”.
 
Según el diario puntano, al mismo tiempo que su popularidad iba en aumento, crecían la discordia con el obispo Jorge Luis Lona. En su medio de comunicación gráfico, "Ave María", la Diócesis publicó que Santurio tenía prohibido realizar públicamente "curaciones milagrosas no verificadas”. La respuesta fue inmediata. A la mañana siguiente, un grupo de fieles marchó hacia la Catedral para apoyar al padre carismático.
 
Por aquella época también, una junta médica de la Universidad de Cuyo refutó un conjunto de casos de curaciones presentados por el padre sanador. "De acuerdo al análisis final de todos los informes se destaca que en ninguno de los casos analizados y estudiados se ha comprobado una mejoría o curación que no tenga explicación de orden científico", decía el comunicado de prensa.
 
Por todo esto, fue expulsado de la iglesia. En un comunicado la Iglesia Católica señaló: "el presbítero Miguel Ángel Santurio recibió por delegación de la Santa Sede sentencia definitiva en segunda instancia en la causa de Proceso Penal Judicial del Tribunal Eclesiástico Nacional para la Argentina de fecha 16 de abril de 2012, que resuelve en grado de apelación la sentencia del Tribunal de Primera Instancia de fecha 26 de mayo de 2011, que lo encontró culpable de los graves delitos eclesiásticos de que se lo acusaba. La sentencia de carácter definitivo que recibió el Presbítero Miguel Ángel Santurio fue la expulsión del estado clerical". 

 

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