Sueños de Navidad

Carina y Roberto, un matrimonio unido por la solidaridad que se convirtió en Mamá y Papá Noel por un día

Se conocieron trabajando en una fundación, se enamoraron, formaron una familia y esta semana se sumaron al proyecto de madrinas y padrinos de Navidad.
domingo, 13 de diciembre de 2015 00:00
domingo, 13 de diciembre de 2015 00:00
Carina Ortiz y Roberto Cataldo se conocieron hace más de seis años gracias a la Asociación Civil Agrupación Juventud y Amistad, que funciona en el Barrio Los Pinos en Chimbas. Esta fundación fue fundada por Roberto en el año 91, y hasta la actualidad trabaja para incluir a los jóvenes en actividades sanas. Participa y organiza diversas capacitaciones, tienen un grupo de mamis hockey que salieron campeonas este año y unos de sus mayores orgullos son las comparsas y corsos.

A Carina también le atrae el trabajo solidario y mucho más si tiene que ver con los niños. Ella se desempeña como cuidadora en una residencia infantil dependiente de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, tarea que desempeña con mucha pasión.
  
Pero este viernes decidieron dejar de lado sus actividades diarias y sumarse a otra campaña "Madrinas y padrinos de Navidad", con el objetivo de regalarle a un niño de escasos recursos un presente para alegrarle esta festividad.

Desde un primer momento llamaron la atención y no solo porque Roberto era uno de los pocos hombres entre docenas de mujeres, sino también porque su vestimenta (a juego), era completada hasta por gorritos navideños.

Tienen tres hijos y hasta un nieto, pero prefirieron hacer solos esta actividad para tener espacio en su auto para llevar a alguna otra madrina que no tuviese cómo ir.  
 
"Mi ahijado se llama Ángel Agustín y tiene siete años. Le compramos dos camiones, uno que traía otros autitos adentro y el otro traía una especie de volquete. Vamos con todas las expectativas. Me pasa todo el tiempo en mi trabajo. A los niños les llevás aunque sea una chuchería y ellos desbordan de alegría, es una sensación inexplicable cuando los ves", contaba Carina antes de llegar a la institución.
 
El auto se estacionó en la puerta de la Escuela Perramón de La Bebida, y la emoción entre todos los voluntarios creció. Se bajaron las bolsas con todos los regalos y mientras esperaban a que las coordinadoras se organizaran Carina aprovechó para dedicarse a su otro hobbie, la fotografía.
 
Más de 700 chicos recibieron su regalo de Navidad, pero el matrimonio no pudo encontrar a su ahijado. Sin embargo, tuvieron otra oportunidad de hacer brillar pequeños ojitos. Había un pequeño que estaba triste porque por un error, su madrina no había ido ni mandado su regalo. Como cosa del destino, entre medio de tanta gente, padrinos y su nuevo ahijado se encontraron y vivieron un rato que ninguno de los tres olvidará.  

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