sábado, 12 de diciembre de 2015
18:10
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"Me falta llevarle la flor, una parte del duelo que no hemos terminado de realizar". Cuando a principios de marzo pasado, Fernando Martínez Parra se refría así a lo que significa no contar con los restos de la persona que uno ama, su odisea buscando a su madre transitaba el último tramo. Es que se había enterado que el cuerpo de Irma Edith Parra Yakin había sido encontrado, después de 39 años de búsqueda, por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en una fosa común del cementerio de La Piedad, en la ciudad de Rosario.
Después de nueve meses de espera, finalmente este sábado él y su familia le pudieron dar el último adiós a la mujer. Es que esta semana llegó el cajón con los restos a San Juan y fue despedido el viernes con una ceremonia religiosa, en el que las flores estuvieron presentes. Luego este sábado se le dio sepultura en el cementerio de la Capital.
El 5 de marzo después de años de búsqueda, la Unidad Fiscal de Rosario que interviene en los procesos por crímenes de lesa humanidad informó que halló el cuerpo de Irma Edith Parra Yakin, la sanjuanina desaparecida el 4 de noviembre de 1976, en el contexto de la dictadura cívico militar.
Su cuerpo fue encontrado junto a los restos de tres personas más desaparecidas y que fueron identificadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Según informó la prensa nacional, habían sido inhumadas en el cementerio La Piedad.
Rubinich, Parra y Ruffa fueron sepultados como NN, mientras que Racagni fue inhumado con el nombre falso de Juan José Martínez. Su individualización fue posible a partir del trabajo investigativo desarrollado en forma conjunta por la Unidad Fiscal y el Eaaf sobre los libros de ingreso del cementerio La Piedad. Esas tareas arrojaron indicios que permitieron construir la hipótesis de que la sepultura a nombre Juan José Martínez podía corresponder a Racagni, ya que sin la existencia de una investigación previa, no habría habido motivos para la exhumación de esa tumba.
La pesquisa fue delegada en 2011 por el Juzgado Federal Nº 4 de Rosario en la Unidad Fiscal. En el marco de la investigación, durante aquél año se exploraron más de 120 sepulturas correspondientes a inhumaciones de NN y en una etapa posterior algunas de restos inhumados con nombre y apellido.
El abogado de la APDH, Norberto Forestí, enmarcó la noticia en un "sentimiento de dolor y emoción al que no podemos llamar alegría". "Esta aparición no es una concesión sino que se trató de arrancarle a quienes le quitaron la vida, el cómo, dónde, y porqué lo mataron".
La fosa del cementerio donde encontraron los cuerpos "era un enterramiento común, que contaba con 200 cadáveres aproximadamente, enterrados en 7 u 8 capas, según el momento de la muerte".
