Solidaridad

Hacen grullas en todo el país para pedir un corazón para Anita González Fornés

La pequeña, nieta de una empleada de la Casa de San Juan en Buenos Aires, está estable. Sus familiares piden oraciones y agradecen las grullas de prosperidad que le envían.
lunes, 3 de febrero de 2014 17:22
lunes, 3 de febrero de 2014 17:22

La pequeña Anita González Fornés continúa en espera de un corazón y en las redes sociales se inició una campaña en la que sus familiares promueven que se hagan 1000 grullas por la salud de la pequeña.

"La cultura de Japón relaciona a las grullas con la buena suerte y longevidad. Por eso una antigua leyenda japonesa cuenta que quien consiga hacer mil grullas de origami conseguirá ver cumplido su más grande deseo. Por otro lado el origami aporta calma y paciencia a quien lo practica, que es un poco lo que todos necesitamos en esta espera. Familiares y amigos de Anita y de su familia empezamos a hacer las grullas... las vas a ver en la foto. Y TE INVITAMOS A QUE NOS AYUDES A LLEGAR A MIL!!!
Mientras rezás por ella, mientras pensás en ella, todo suma PARA QUE SE CUMPLA NUESTRO DESEO DE VER A ANITA RECUPERADA", escribieron en el grupo de Facebook "Un corazón para Anita González Fornés".
 
Inmediatamente comenzaron a llegar las imágenes desde todo el país y también del exterior para sumarse a la iniciativa. En tanto su papá Germán González dio las últimas novedades en la salud de la nena de un año y 10 meses que está conectada a un corazón artificial: "Anita está bien. Ya respira sola pero aún no le sacaron el tubo. El resto de los estudios dan bien y orina un montón. Gracias por estar y por hacer origamis!"
 
El caso 
 
Todo comenzó el 28 de noviembre pasado, cuando la nena empezó a respirar "como agitada” y asustó a sus papás. "La llevamos a la guardia y nos dijeron que tenía algo en el corazón. Estuvo internada pero le dieron el alta porque, en principio, podía ser algo reversible con tratamiento ambulatorio en un par de meses”, recordó su papá Germán González.

Sin embargo, dos semanas después, cuando empezó la ola de calor, Anita se descompensó otra vez.

La llevaron a la guardia del Hospital Fiorito, en Avellaneda, y el 22 de diciembre fue trasladada al Hospital Italiano, donde le realizaron más estudios y quedó internada.


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