Una penosa postal

Es una postal recurrente, crudamente penosa, ver en los barrios, lotes y villas que se ubican en las inmediaciones de calles Cipolletti y 25 de mayo; en las cercanías del parque industrial de Chimbas, la cantidad de canes que se reproducen desmesuradamente y la fatalidad que sufren los mismos, padeciendo sarna, desnutrición, deshidratación, accidentes, maltrato, frío, calor, abandono, cachorros abandonados en la orfandad, como es lógico esperar, si no se despliega desde un área específica, un plan de esterilización sistemático, masivo, intensivo, permanente, que atienda esta problemática, en todo el departamento.

 

Es loable la presencia del quirófano de la Secretaría de Ambiente del gobierno provincial, pero absolutamente insuficiente, para un departamento extenso como el de Chimbas. Además, son conocidos los programas de desparasitación y vacunación que implementa Salud Pública para los Municipios, pero que no aterrizan en suelo chimbero y tampoco se gestionan por parte del Municipio.

 

Muchas y hartas veces se ha realizado un llamado de atención sobre el problema en este departamento, que no afecta solamente a los animales, sino también a las personas pero, mientras otros Municipios abordan el problema, a través de quirófanos móviles, que salen al campo, a las zonas críticas; en Chimbas hay una indiferencia gubernamental alarmante por atenderlo, aún a pesar de los convenios que se pueden llevar a cabo con los organismos mencionados, que facilitarían su accionar.

 

Las organizaciones protectoras de animales, no dan respiro en su voluntariado.

 

Llamo a la reflexión y rememoro las palabras del Papa Francisco, que como otros santos, otrora nos exhortaban, debemos respetar la naturaleza y los seres que Dios ha creado para que convivan con el ser humano, con todo lo que comprende la palabra respeto.