domingo, 8 de septiembre de 2013
01:52
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Es un amante del kayak pero sobre todo un gran aventurero. Matías Amaya un día decidió tomar esta embarcación, colocarla sobre su auto y salir a disfrutar la vida por toda América del Sur. El rivadaviense desafió las fronteras y hasta perdió todo en un robo. Ahora busca romper un record mundial con su deporte favorito y pronto su San Juan natal lo verá de regreso.
Matías emprendió este recorrido el 5 de abril pasado. Lo hizo junto a un amigo, pero las vueltas de la vida hicieron que a mitad del viaje éste tuviera que regresar a la Argentina. "Recorrimos todo el norte argentino, parte del norte de Chile, atravesamos todo Perú, Ecuador lo recorrimos de arriba abajo de este a oeste, pasamos por Colombia y ahí mi compañero por problemas familiares tuvo que regresar a Buenos Aires. Tuve que seguir solo mi viaje porque la intención era llegar a Venezuela”, comentó a Diario La Provincia Matías quien debido a los peligros de las guerrillas y a la poca plata que le quedaba regresó a Ecuador donde trabajó profesionalmente haciendo kayak.
Cuando juntó un "buen sencillo" para continuar su camino, armó las valijas y siguió en busca de su sueño. Esta vez la hoja de ruta lo llevó a Perú donde trabajó de mozo y fue encargado de una pizzería. Machu Pichu fue el lugar que lo atrapó por sus paisajes. Solo con su cámara de fotos, se autoretrató en cada paisaje que le llamó la atención. La ciudad de los dioses lo cautivó sin embargo, de ese sueño despertó una mañana cuando se dio cuenta que todas sus pertenencias habían sido robadas en Cusco.
"Me robaron todo lo que tenía. Desde ese momento trabajé de lo que sea, lustrando, lijando madera hasta tendiendo camas y refregando baños, pero eso no fue todo. Lo más lindo fue compartir momentos con gente de culturas muy diferentes hasta estuve en el Amazonas conviviendo con indígenas por siete días", relató.
Matías vivió 150 días de hermosas experiencias pero sin dudas lo que más lo animó en todo momento fue su pasión por el kayak extremo. Aprovechando los imponentes paisajes y los desafíos que impone la naturaleza, decidió saltar una cascada de cinco metros y a partir de ahí se fue animando cada vez más hasta alcanzar una de 30 metros. "Hoy en día me entreno todos los dias de mi vida para romper un record mundial en sur América que es de 40 metros (en el mundo es de 56 metros). Estamos analizando una de 63 metros", confesó el hombre que añora los afectos sanjuaninos pero disfruta a pleno la experiencia que conquista en cada día fuera de la Argentina.
Matias Amaya volverá a San Juan en un par de semanas y seguro que lo hará con un gran álbum de fotos pero sobre todo con muchas históricas y anécdotas para contar.
1. ¿Cómo nació esta idea de recorrer varias partes de Latinoamérica?
Después de vivir mucho tiempo en el rio aguas abajo del paredón del dique de Ullum, conocí a muchos turistas y personas que viajaban por varios países. Como yo amo viajar se me ocurrió salir a recorrer sur América en mi auto, para ir a ver y conocer diferentes culturas, formas de pensar, de vestir, de hablar, de comer y de paso conocer nuevos ríos para empezar a subir mi nivel de kayakero, aprendiendo de la experiencia de los demas. Por eso decidí salir de mi querida provincia.
2. ¿Qué lugar es el que más te gustó de todos los que recorriste?
Después de haber recorrido todo el norte argentino, el norte de Chile, todo Perú, Ecuador, Colombia, Brasil, Uruguay y ahora nuevamente en Argentina, puedo decir que en cada lugar y en cada país tengo imágenes, recuerdos, paisajes, personas que se me han quedado grabado en mi memoria y tallado en mi retinas.
3. ¿Qué te dijo tu familia cuando les dijiste "me voy a hacer un viajecito"?
Como salió todo rápido, creo que en una semana lo termine de definir, no le di tiempo a que me dijeran nada. Fue como un balde de agua fría. Mama' siempre aconsejándome que no haga cosas locas, ya que me conoce que soy medio descuidado. Lo que más extraño de San Juan es a mi familia, por sobre todo a mi madre, ella es mi amiga, consejera, guía, y la luz de mis ojos. Quiero demasiado a esta bella mujer.