¿Un caso de fe?

El Arzobispado no entró en contacto con el chico que llora sangre y recomendó discreción

Desde la institución católica le recomiendan al joven que se acerque al obispo de más confianza que tenga y a él le traslade la inquietud de lo que siente y vive por estos días.
martes, 24 de septiembre de 2013 08:25
martes, 24 de septiembre de 2013 08:25

El caso de Fabricio Fernández, el joven que asegura llorar sangre cuando reza por la paz del mundo, aún mantiene atenta a la sociedad sanjuanina. El rawsino aseguró a los medios locales que vive un momento de mucha fe por la revelaciones que siente en su cuerpo y comentó que ya puso el caso a disposición del Arzobispado. Desde esta institución aseguraron que recibieron la llamada de la madre del chico pero que no tomaron contacto con el caso en sí.

En este contexto, recomendaron que se acerque al obispo de más confianza que tenga y a él le traslade la inquietud de lo que siente y vive por estos días. "La iglesia es muy precavida con casos como éste y lo primero que se les recomienda es que no lo comenten porque si es algo de Dios se va a volver a repetir. Hay un protocolo que hay que seguir y que implica mucha prudencia. No se recomienda divulgarlo por todos lados por lo que todo esto implica", comentó Virna Vinader desde el Arzobispado de San Juan quien señaló que el sacerdote que el joven elija lo guiará en el recorrido espiritual que necesita porque en este tiempo es cuando más debe refugiarse en la meditación.

"Uno siempre observa si se repite y en qué situación. Si no se repite es bueno que no se sienta que no han sido elegido. De lo contrario si es que es elegido, se busca que el camino sea lo más saludable posible en términos espirituales. Siempre el sacerdote lo acompaña en ese periodo y la idea es que se apoye en un sacerdote que conozca y que le genere confianza para la contención espiritual", finalizó Vinader. 

El caso

Los pedidos en la oración de Fabricio Fernández siempre eran los mismos: que la humanidad dejara de sufrir. Pero jamás imaginó que iba a experimentar una sensación tan especial hace tres semanas: comenzó a llorar abundantes lágrimas de sangre en el momento del rezo.
   
 "Esto empezó hace tres semanas cuando rezaba. Acostumbro a cerrar los ojos para rezar. Sentí un calor en mis mejillas, me toco y era sangre. Abro los ojos y veo que tenía los lagrimales llenos de sangre. Mi madre me vio y se sorprendió totalmente", dijo el joven, que adoptó el nombre de Juan Pablo (por el Papa polaco), en declaraciones a Canal 13 San Juan.
 
Esa no fue la única vez ya que el fenómeno de repitió el 18 de septiembre y durante la madrugada del 22 de septiembre a las 5.45.

 

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