Con jóvenes y adultos

Bomberos Voluntarios, una profesión motivada por el amor a la solidaridad

Impulsados por el legado que les dejó Sergio Cuello, su mentor, el cuartel de Bomberos Voluntarios de Chimbas es un ejemplo de dedicación solidaria. Ayer trabajó intensamente en apagar un incendio de más de cinco horas en un aserradero.
jueves, 8 de agosto de 2013 09:35
jueves, 8 de agosto de 2013 09:35

Su trabajo es de corazón, como el de todos los hombres que pertenecen al cuartel de Bomberos Voluntarios de Chimbas. Tiene apenas 18 años y hace tres participa intensamente en las actividades que requieren de este grupo. Lo más sacrificado que le toca cubrir son, sin dudas, los incendios. Sin embargo, ha actuado con el equipo en rescates y otras actividades mayores.

Su nombre es Iván Quiroga y nació en Mendoza pero desde chico vive en Chimbas, San Juan. Con 15 años entró a trabajar de manera voluntaria en el cuerpo de Bomberos del departamento. Junto a él ejercen su labor, sin ningún tipo de remuneración y sólo con las ganas de ayudar al prójimo, 30 personas entre aspirantes y cuerpo activo.

"Esto es algo muy importante para mí. Es algo muy fuerte que te reconforta el alma y te genera una gran emoción. Es algo que uno se puede llevar a la tumba porque las cosas económicas se quedan pero cuando ayudas a otro y el otro te devuelve un gracias, una sonrisa o lágrimas es muy fuerte. Ver las caras de los chicos cuando se suben a la movilidad que tienen una gran alegría y cuando bajas los niños te miran con ojos grandes, es hermoso”, comentó entusiasmado Iván, después de haber ayudado a sofocar el incendio que arrasó con un aserradero en Chimbas en la tarde del miércoles 7 de agosto.

Su amor por esta actividad empezó antes en el departamento Lujan de Cuyo de la vecina provincia y se concretó en San Juan cuando ingresó al cuartel Juan Edulio Cuello, de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Chimbas.

Al igual que él todos trabajan de corazón y motivados por la ayuda a la gente y con el fin de generar un cambio de conciencia en la sociedad. Ese espíritu fue el que les inculcó en todo momento Sergio Cuello, el presidente de esta entidad que la levantó a pulmón junto a Mario Osorio. Ambos son metalúrgicos y con el sueño de ayudar empezaron a trabajar cortando caños y apuntando siempre a la colaboración de la gente.

El grupo recuerda que fue en 1999 cuando empezaron a soñar con tener un cuartel de Bomberos. Sin embargo fue en el 2005 cuando consiguieron las herramientas para salir adelante con esta labor. Fue un par de mangueras, dos lanzas, dos cascos y el dinero para adquirir un camión tanque, lo que los hizo verse como un cuartel. Lamentablemente para ese entonces Sergio Cuello no estaba bien de salud y murió al poco tiempo pero su legado marcó a las generaciones posteriores. En la actualidad son 30 personas que dedican su tiempo libre a entrenar y recibir capacitación para luchar contra incendios.

El equipo se compone por voluntarias (entre bomberos y aspirantes mayores de 18 años), aspirantes menores (16-18 años) y cadetes (9-16 años). La capacitación se dicta en el mismo cuartel y comprende dos etapas: la primera dura 181 días de adaptación y luego la segunda fase dura 3 años de capacitación completa.

Para el grupo, el voluntario Villarruel es como el padre de las nuevas generaciones ya que es el que más consejos da a los aspirantes. Mientras que la bombero Venegas es como la madre. Ella capacita a niños de nueve años en adelante en cómo actuar ante un accidente, ante un hecho grave o casero. Además siempre "recomienda” qué hay que tener un botiquín en casa. "Ése es el primer consejo”, sentencia el grupo.

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