Su caso conmocionó a los sanjuaninos. Fue víctima de bullying y casi pierde su ojo. Ahora Florencia Merino viajó a Buenos Aires para buscar recuperar su visión de la mano de un grupo de especialistas encabezados por el doctor Andy Romero en una clínica privada de Capital Federal.
"A pocas horas de partir a Buenos Aires pienso en que segundo nos arrebataron la felicidad. Somos una familia cristiana, cuidamos a nuestros hijos más que a nada en el mundo. Nos preocupamos por su instrucción para que en el día de mañana sean gente de bien. Hoy el futuro es incierto. El dolor nos invade, las cosas cambiaron. La impotencia nos agobia. Dios ilumine la salud de mi Flori”, expresó en su Facebook Fernando Merino, padre de la chica de 13 años.
La familia de la adolescente no busca represalias, simplemente pide que ella esté segura tanto física como psicológicamente. En este marco, cuestiona cómo sería posible lograr eso si estuviera la otra niña en el mismo ámbito.
"A los papas de los chicos que van a la Dante Alighieri yo les comento lo siguiente. Ustedes conocen a mi Flor y saben qué clase de niña es. Acaso a esta altura de los acontecimientos es importante como se desarrollaron los hechos? acaso hoy no es más importante la salud de Florencia. Ustedes saben que si un chico sale lesionado en la escuela, la única respuesta es que hay un seguro, un seguro que empezarán a pagar en a saber cuanto tiempo. Mientras tanto ningún chico será trasladado porque el reglamento no lo permite. Y lo humano, dónde está? Acaso ustedes sabían que mi Flor me espero con solo una gaza en su ojo sin ningún tipo de higiene. Sí sólo una gaza que ella misma sostenía. Pero claro, había seguro, es como salir en un auto a fondo total el seguro paga en caso de accidente”, señaló el padre quien recriminó que ningún docente se interesó por saber cómo estaba ella después del hecho.
El caso
Florencia Merino es una adolescente de 13 años que el pasado 1 de agosto fue agredida por una compañera en pleno patio del colegio privado al que asiste. Allí una alumna, que ya había ejercido violencia, le arrojó un transportador de geometría que le impactó de lleno en su iris derecho, provocándole un corte de 12 mm en su ojo, una lesión considerada como irreversible y la más grave de su tipo.
