Quisieron ahogarla

Mila, una perrita que se salvó de la muerte y hoy tiene una familia que la adora

La perrita fue tirada al dique San Emiliano atada con alambre en las patas y hocico. Una familia la rescató y la dio en adopción. Hoy tiene un hogar y brinda muchas alegrías.
martes, 25 de junio de 2013 08:20
martes, 25 de junio de 2013 08:20

Era el mes de enero. Tenía cuatro meses. La ataron con alambre en las patas y en el ocico. Luego la tiraron al agua en el dique San Emiliano. El objetivo de quién la arrojó era su muerte. Pero ella luchó por su vida. Forcejeó. Y no se venció. Su llanto lo escuchó una mujer con su hijo, que al ver la escena, no dudaron en rescatarla. Mila tenía todo el cuerpito empapado y no paraba de tiritar pero no del frío sino del miedo. Casi murió pero sobrevivió. Desde ese día, es una perrita con nueva vida.

Mila recibió ese nombre porque fue un milagro de la vida. Al poco tiempo de aquel hecho, y después de haber pasado por un refugio de mascotas, una familia la adoptó y el cariño que recibe es cada vez mayor.

"En Facebook encontré la Sociedad Sarmiento y cada vez que ellos mostraban perros de la calle en adopción, yo compartía ese link pero nunca se me había ocurrido adoptar porque ya tengo dos. Un día cuando vi el caso de Mila, que se llamaba Mili en aquel entonces me llamó la atención su historia.

Había sido rescatada de las compuertas del dique San Emiliano, atada con alambre. Cuando me enteré que estaba en ese estado la quise adoptar de inmediato”, comentó Victoria Contreras, la joven de 18 años que hoy la hizo formar parte de su familia.

El hecho ocurrió en enero pero Victoria se enteró del caso en marzo y la adoptó con el padre el mismo día que vio la foto en internet. "La marca le quedó para siempre. Le quedó pelado y quemado, tiene negro. Imagínate la desesperación de la perra por querer salvarse ese día. La perra quería respirar y por eso forcejeó con el alambre. Ella no se pudo sacar solita el alambre del hocico. Fue un milagro que la hayan visto y la hayan podido sacar de ahí”, subrayó Victoria aclarando que la perrita  es muy tranquila y divertida, le gusta jugar con las otras dos perras de la casa (dos beagles, madre e hija llamadas Thelma y Umma). 

"La primera vez la bañé en mi casa. Tenía miedo que me mordiera por el hecho del contacto con el agua pero ni siquiera me gruñó. Cuando empecé a secarla me dio besitos. No tiene ni un trauma. Vive la vida muy feliz. Ella duerme en una cama que hay al lado de mi cama. Nunca hizo necesidades dentro de la casa  y el primer día que llegó le dije sentada antes de comer y me hizo caso. Llegó sabiendo todo”, finalizó la joven quien invitó a la sociedad a ayudar a los perros de la calle porque ellos están dispuestos a dar todo, "sobre todo mucha felicidad”.


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