Como un padre para la Fundación Manos Abiertas

Él es como el padre del grupo. Dijo Mabel Aguirre al momento de presentar a Eduardo Tejada, el director ejecutivo de Manos Abiertas. Es que la fuerza, garra y energía que pone para que su gente no baje las manos, es una de las características que hacen de Tejada el papá simbólico del equipo.

"Esto es como una familia donde hay mucho entusiasmo y alegría pero también está nuestra parte humana en donde sentimos que se viene todo a bajo. Pero hay momento en donde todo ha salido tan bien que sacamos fuerza para seguir a adelante y decimos 'vale la pena todo esto'", señaló Tejada.

Eduardo está dentro de la comunidad desde hace un par de años. Su ingreso fue a partir de una fuerte vocación católica por ayudar a la comunidad, a los que más lo necesitan. Joven, y ya con una familia, sabía que su camino estaba en impulsar para adelante no solo a las mujeres y hombres que forman la fundación sino también a aquellas personas que padecen una enfermedad terminal y que por ahí bajan los brazos para vivir.

"Es muy motivante todo esto. Por ahí uno está acostumbrado a ver que las cosas no son muy optimista. Pero es esperanzador ver que la gente nos ayuda porque la comunidad nos dona de todo y sabe que acá, en la fundación, hacemos las cosas para ayudar al otro", explicó Tejada.

Actualmente hay en la Casa de la Bondad, la obra que lleva Fundación Manos Abiertas en San Juan, tres ancianos en estado terminal. Ellos padecen distintas enfermedades y las expectativas de vida son muy bajas y con el agregado que no poseen una familia que los apoye.

"Mi tarea es acompañar la fundación, motivando en post de esas personas que nos necesitan. Es muy importante trabajar unos con otros y el resultado se ve en ellos. Esto tiene mucho que ver con el cariño, la calidez y todo el esfuerzo que ponemos para que salga todo bien", finalizó Tejada quien deposita toda su fuerza en Dios.