La tradicional procesión de la madrugada en honor a la Inmaculada Concepción contó con una nota de color que muchos interpretaron como una bendición. A poco de comenzar, un intenso chaparrón acompañó el recorrido desde el microcentro hasta la iglesia de Concepción.
Con el saludo con pañuelos y banderas de colores, la procesión inició a las 5.10 desde Tucumán y San Luis y a los 15 minutos de caminata, los peregrinos sintieron la lluvia que acompañó la oración. Sólo pocos prevenidos desplegaron sus paraguas para intentar resguardarse. Las mamás que llevaban a sus hijos en cochecitos, nada pudieron hacer para proteger a los pequeños que, lejos de incomodarse, disfrutaron de un alivio tras el intenso calor.
Minutos antes de llegar a la iglesia, el agua cesó. Sin embargo, el chaparrón obligó a la organización a cambiar el escenario de la misa que estaba prevista en el exterior. Los promesantes y los fieles que no pudieron ingresar al santuario escucharon atentamente la celebración desde el exterior, que hizo hincapié en resaltar la figura maternal de María y pedir nuevamente por el respeto a la vida.
