Aprender el lenguaje de señas no es fácil. Pero si se hace jugando y con muy buen humor, todo es posible. En la Plaza Centenario se realizó este viernes una jornada en la que el aprendizaje se unió con las ganas de divertirse y dio como resultado una clase dinámica de la que participaron decenas de alumnos de las escuelas aledañas.
En el corazón de Villa Krause, Diego Ojeda (un joven sordo de nacimiento) invitó a los presentes a conocer los saludos principales de este lenguaje universal y algunas otras formas de comunicarse. Con el tradicional juego "Digalo con mímicas", el joven atrapó a los adolescentes con una serie de mímicas que permitían entender una historia contada sin palabras.
Luego les enseñó a decir Hola, Adiós, Gracias, Permiso y a aplaudir sin usar sonidos. Los chicos respondieron con tan buena predisposición que la jornada se extendió un poco más con otras palabras del vocabulario y la distribución del alfabeto.