lunes, 28 de octubre de 2013
07:06
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Cuando se conoció, el caso impactó a todos los sanjuaninos. Tres niños de once meses a cuatro años vivían en una extrema pobreza, rodeados por la falta de limpieza y atacados por sarna. La sociedad voluntariamente le colocó el rótulo de la "casa del horror" a esa vivienda donde los chicos dormían hacinados en un colchón, sin baño ni cocina y expuestos a cualquier mal. Inmediatamente actuó el ministerio de Desarrollo Humano para proteger a los más pequeños que fueron sacados legalmente de su madre y, tras un tratamiento de saneamiento, ubicado en un Hogar de Tránsito donde esperan por una familia adoptiva.
En ese contexto, la agrupación Proteccionistas Unidos De San Juan vio un problema que había sido dejado de lado y que debía encaminarse cuanto antes a una solución: cuatro perros enfermos, algunos con sarna y otros desnutridos, necesitaban de la ayuda de todos para vivir. A partir de ese reconocimiento, este fin de semana se dirigieron hasta el ranchito que perteneció a la familia Riveros-Molina en Caucete para comenzar con el tratamiento.
"Cuando llegamos salieron a nuestro encuentro cuatro perros, de los cuales dos son cachorros, la mamá que suponemos que está preñada y el papá que tiene una herida en su pata bastante fea pero sin bichos lo cual es bueno. Es muy fuerte el olor nauseabundo del lugar por eso no quise que mis hijos entraran a sacarlos", explicó Laura Mendoza perteneciente al grupo que dirige Analia Veronica Suarez y durante estos días fue acompañada por sus hijos y amigos:Mauro Vargas, Mariana Vargas y Gabriela Mas
El primer día que fueron fue el sábado. En esa jornada se encontraron con un panorama lamentable. El mal olor se sentía desde varios metros afuera del lugar y había un perrito "piel y huesos" que estaba acostado al lado de un colchón. Ese día se les dio alimento y los medicamentos aportados por la veterinaria Dolores, de la mano de la doctora Elena Peña.
Al día siguiente regresaron. Mientras en toda la provincia se desarrollaba una jornada cívica, Laura fue al encuentro de lo perritos para ver cómo continuaba su estado de salud. En ese momento se dio cuenta que el cachorro que no salía del interior de la casa y que estaba acurrucado al lado del colchón estaba muerto y de él salía el mal olor.
"El capataz nos ayudó a sacarlo y apareció otro cachorro mas que no vimos ayer (por el sábado). La buena noticia es que él se compromete junto con su esposa y su hijo a darles de comer el alimento que le llevemos, renovarles el agua y tenerlos alli hasta que consigamos hogar para ellos", explicó Laura quien confesó que se hará cargo del tratamiento ,vacunacion y esterelización.
Ahora empieza el proceso más dificil: ubicarles hogares fijos a los perritos. Una vez recuperados de salud serán regalados con todas las vacunas al día.
