Uno de los dos jefes de la CGT Carlos Acuña confirmó el quinto paro general de la central obrera contra la administración de Mauricio Macri.
La fecha está en debate, pero Acuña ratificó que será en las próximas semanas. "En noviembre vamos a un paro general de 36 horas con movilización", dijo el sindicalista, tal como anticipó Ámbito Financiero el 10 de octubre pasado. "La CGT no es débil para nada. Tiene la mayoría de los gremios", enfatizó el dirigente en diálogo con AM 530.
La decisión de lanzar otra medida de fuerza se comenzó a discutir a principios de octubre, días después de la contundente huelga del 25 de septiembre. Sin embargo, los nuevos aumentos del gas, la escalada inflacionaria y el primer fallido pedido de detención de Pablo Moyano apuraron el tablero. Sin filtraciones, la CGT respondió orgánicamente ante posible prisión del camionero y reclamó públicamente el cede de las "persecuciones".
En tanto, los Moyano encabezarán este sábado una multitudinaria movilización a la Basílica de Luján. Bajo el lema "Pan, Paz y Trabajo", miles de gremialistas enrolados en el Frente Sindical para el Modelo Nacional arribará el fin de semana a la localidad del oeste bonaerense para levantar la voz contra Cambiemos. Allí, participarán de una misa ecuménica. La Iglesia respaldó a los caciques camioneros en la guerra política con Macri. Así lo sintió Hugo Moyano al salir del Episcopado, luego de la reunión con el obispo de Lomas de Zamora y titular de la Pastoral Social, Jorge Lugones.
La semana pasada el otro líder actual de la CGT Héctor Daer había confirmado que el quinto paro estaba en análisis. "El gobierno está mirando para otro lado. El 50% de la población no se está alimentando bien", aseguró el gremialista.
"Tenemos una agenda cada vez más precisa, una agenda acotada pero de emergencia que creemos que tiene que pasar por conservar el empleo, la apertura de paritarias para que no caiga el poder adquisitivo, y establecer una suma de emergencia para jubilados y trabajadores", agregó.
Los próximos serán elevar la propuesta de la huelga al Consejo Directivo de la central, que debe aprobar o rechazar la medida. La clave para garantizar la efectividad de la iniciativa, como siempre, será la adhesión de los sindicatos del transporte. El 25S el apoyo fue unánime.