Declaración nacional

Gioja: "Por ahí uno comete imprudencias en función de otros objetivos pero a la vida hay que cuidarla"

El gobernador José Luis Gioja habló para la prensa nacional, en radio América en comunicación telefónica con Dady Brieva y dio detalles por primera vez de lo que vivió aquel trágico 11 de septiembre.
lunes, 10 de febrero de 2014 11:30
lunes, 10 de febrero de 2014 11:30
El gobernador José Luis Gioja habló para la prensa nacional, en radio América en comunicación telefónica con Dady Brieva y dio detalles por primera vez de lo que vivió aquel trágico 11 de septiembre, cuando cayó el helicóptero de la gobernación y murió la diputada nacional Margarita Ferrá de Bartol.
 
"La verdad que ya estoy muy bien, muy contento, disfrutando este momento. Puede ser muy lindo donde estas y donde vas pero lo mejor es estar en tu casa, con tu familia porque estas en tu casa, si tenes hambre estas en tu casa, si te duele algo estás en tu casa y es lo más lindo que me ha pasado en este último tiempo", empezó la charla el mandatario  local quien señaló que cree estar en un nivel físico de un 70%.
 
"Me acuerdo hasta que el helicóptero levantó y tocó el cable. Cuando levantó se levantó muchísima tierra, más de lo previsto. Ese día, habíamos estado en Ischigualasto inaugurando una antena, un sistema para internet y recorrimos en auto los pueblos de Ischigualasto. El helicóptero vino solo y se estacionó  en una cancha que estaba bien regada. Almorzamos y nos fuimos a las 3 de la tarde, ya no había ni restos del agua de adelante, levantó muchísima tierra y desorientó al piloto. Me acuerdo hasta ahí, incluso los gritos de Margarita Ferrá que quedó ahí. Después no me acuerdo más. Me acuerdo cuando llegamos al hospital y cuando venía en otro helicóptero, cuando me subieron a la camilla y llegué al hospital. Por suerte lo puedo estar contando", narró el gobernador notoriamente emocionado por recordar aquel día.

"Uno aprende más, todos los días se aprende pero uno aprende que no hay nada mejor que la vida y la libertad. Es muy feo estar tres meses en terapia intensiva donde muy poco se puede hacer. La vida hay que cuidarla y por ahí uno comete imprudencias en función de otros objetivos y me parece que hay que medirlos porque soldado que muere no sirve para otra guerra. En eso aprendí muchísimo y estoy orgulloso de la familia porque cuando estás en las malas lo único que tenés siempre es la familia al lado, los cuatro hijos, mi mujer. Como los gitanos nos fuimos todos juntos y eso ayuda muchísimo y te hace pensar que no hay que bajar los brazos nunca, hay que lucharla siempre", finalizó.

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